“Hoy ¿dónde entrenamos?”
El cuerpo técnico del Girona reclama una ciudad deportiva
Cuando Pep Guardiola cogió las riendas del primer equipo del Barça en el año 2008, enseguida tuvo muy claro que había que dotar a la plantilla de unas instalaciones propias para poder trabajar con la comodidad y tranquilidad que no les permitía el anexo de la Masia, un campo sin las medidas reglamentarias que, además, los dejaba demasiado expuestos a la prensa y a los aficionados. Y en eso, precisamente, está ahora el Girona. En la búsqueda de unos terrenos para construir la tan deseada ciudad deportiva, igual que hizo el Barça en Sant Joan Despí con la Joan Gamper o el Espanyol en Sant Adrià del Besós con la Dani Jarque.
Esta falta de instalaciones propias ha llevado al equipo gerundense a tener que entrenarse, durante los nueve años que ha estado en Segunda, en lugares diversos, incluido este año en que se ha conseguido el ascenso. Esta temporada, de hecho, los jugadores han llegado a desplazarse casi tres cuartos de hora en coche para hacer los más de 30 km que separan Montilivi de los lugares donde se han hecho más sesiones, el complejo futbolístico Top Ten, situado en Tordera, o el resort de Torremirona, situado en Navata.
Y es que la falta de campos de fútbol de césped natural en la zona así les ha obligado. Hacer sesiones muy intensas en Montilivi castiga el césped en exceso, sobre todo durante los meses de invierno y cuando el fin de semana hay partido en casa. En estos casos, la parte física se ha trabajado a menudo en un campo adjunto que hay en el estadio y que tampoco tiene las medidas reglamentarias, y sólo se ha pisado el césped de Montilivi para hacer, en bastantes trabajos, las partes más tácticas y de pelota de cada sesión previa a los partidos.
Todo, un buen quebradero de cabeza para los responsables del área deportiva del club que, ya fuera inconscientemente o como estrategia estudiada, la semana pasada alzaron la voz sobre el tema a través de su director deportivo Quique Cárcel y del entrenador Pablo Machín. “Cuando voy a buscar jugadores, una de las primeras cosas que me preguntan es dónde se entrenarán y cómo trabajaremos, y eso, precisamente, no nos ayuda a convencerlos”, denunciaba Cárcel en rueda de
Durante los nueve años que ha estado en Segunda, el equipo ha ido arriba y abajo para ejercitarse
El club está a punto de cerrar un acuerdo con el PGA de Caldes de Malavella para la construcción de dos campos
prensa. “Pido que las instituciones den un paso adelante en eso porque si no estamos dando demasiada ventaja a los rivales, y este ascenso, dentro de un año, puede acabar en nada”.
Conscientes de eso, los máximos dirigentes del club se han puesto a trabajar para resolver este déficit y, tal como adelantaba RAC1 esta semana, el Girona está a punto de cerrar un acuerdo con el PGA de Caldes de Malavella para la construcción de dos campos de fútbol dentro de las instalaciones del campo de golf que servirán para que Pablo Machín dirija sus entrenamientos de forma provisional en este inicio de temporada y como solución de emergencia.
Si bien el PGA de Caldes tampoco está dentro del término municipal de Girona, se encuentra a sólo 10 minutos de Montilivi y tiene muy buena comunicación por carretera, con la autopista AP-7 a un paso e, incluso, con el aeropuerto a escasos kilómetros.
Esta instalación, además, también permitirá al club poder buscar sin tanta prisa un emplazamiento definitivo con el fin de ubicar la futura ciudad deportiva, que sigue siendo la gran asignatura pendiente de la institución.
En este sentido, el Girona ya hace dos años que estudia varias opciones, desde la misma Girona ciudad, pasando por los municipios de los alrededores como Salt, Vilabrareix, Fornells y Vilobí, e incluso otros un poco más lejos, como Vidreres. De momento, sin embargo, sólo han sido conversaciones. Lo que ya está en marcha, en cambio, son los trabajos de mejora de Montilivi con el proceso de sustitución del césped y la rebaja del campo medio metro. Posteriormente también está prevista la colocación de unas gradas supletorias.