El Santander resarcirá a accionistas y clientes del Popular desde el 2016
El banco estudia arbitrar un procedimiento voluntario con títulos del Santander
El Santander ofrecerá de forma voluntaria una salida airosa a las decenas de miles de clientes del Banco Popular que acudieron a la ampliación de capital de junio del 2016. Según explicó ayer Juan Manuel Cendoya, vicepresidente de Santander España, el banco realizará en los próximos días una oferta a los ex accionistas del Popular, adquirido la semana pasada por un euro. “Vamos a analizar bien todas las situaciones para ver qué soluciones se pueden tomar con los pequeños accionistas que son clientes del banco y que fueron a la ampliación de capital del Popular de hace un año”, dijo Cendoya a la Cope. Fuentes del Santander explicaron que la oferta se realizará de forma totalmente voluntaria, ya que a día de hoy nada ni nadie le obliga a hacerlo, y que su aceptación o no por parte del cliente también será opcional.
Lógicamente, quien no esté conforme podrá acudir a los tribunales y quienes la acepten deberán renunciar a toda reclamación posterior. Se espera que el protocolo esté listo la próxima semana. Previsiblemente, buena parte de la compensación a los accionistas del Popular se realizará con títulos del Santander, que tiene en curso una ampliación de capital de 7.000 millones de euros. Con esta acción, el banco que preside Ana Botín busca ganarse la confianza y la lealtad de sus nuevos clientes en un momento clave, el inicial.
En todo cambio de propietario en cualquier negocio se acentúa el riesgo de pérdida de clientes. Y los que se acostaron como clientes del Popular el pasado martes y se despertaron al día siguiente como clientes del Santander aún más, porque en muchos casos vieron cómo su cuenta de valores se había reducido significativamente o no existía.
¿Deben pagar por ello como cualquiera que ha invertido en acciones o en cualquier otra cosa y le ha salido mal? En teoría, eso es lo que correspondería en cualquier situación normal. Pero la del Popular no lo fue. Hace un año, los gestores del banco ya estaban desesperados y se apoyaron en buena medida en su red de oficinas, que se lanzó a una comercialización agresiva entre los clientes de la entidad, a los que vendieron la excelente oportunidad que tenían y, en muchos casos, les dieron créditos para garantizarse el éxito de la oferta pública de suscripción (ops).
El Popular captó entonces 2.500 millones de euros a 1,25 euros por acción con la intención de sanearse y despejar las dudas. Pero tras la ampliación, las turbulencias no desaparecieron. Al contrario, fueron a más y acabaron por llevarse por delante a la entidad un año después. Los accionistas que no vendieron lo perdieron absolutamente todo.
En la última semana, muchos de ellos se han puesto en manos de los abogados para reclamar por la vía civil o penal sobre la base de que el Popular realizó una comercialización fraudulenta o, cuanto menos,
PRÁCTICA HABITUAL Aunque el comprador no tiene obligación de hacerlo, es normal que aborde ya la cuestión LA ALTERNATIVA JUDICIAL Los perjudicados no están obligados a nada y pueden acudir si lo desean a los tribunales
inadecuada de las acciones. El aluvión de demandas y querellas, tanto personales como colectivas, ha hecho reaccionar al Santander.
Su reacción es una práctica habitual en situaciones similares. Lo hizo el Banco de Vizcaya cuando adquirió Banca Catalana en 1984 y la práctica se ha repetido, con matices y alcances distintos, en multitud de ocasiones. Entre las más recientes, por ejemplo, destacan los procedimientos de arbitraje en las preferentes o las ofertas a clientes realizadas por los bancos que se quedaron con el negocio de algunas cajas quebradas, como el Sabadell con la CAM. El riesgo a afrontar reclamaciones o compensaciones a los clientes formaba parte del precio del Santander.