Los suplentes sí son fiables
El Madrid supera con mucha brillantez al Deportivo con nueve cambios
El Madrid mantiene el pulso a la Liga con una contundente victoria en Riazor gracias a la segunda unidad, que se desplegó con su habitual solvencia y brillantez, lo que arroja nuevas dudas sobre la justicia de Zidane a la hora de hacer las alineaciones en los partidos importantes. Con nueve cambios respecto a los que jugaron el clásico –sólo repitieron Nacho y Marcelo– el equipo blanco tuvo una salida fulgurante, en la que aplastó a un Deportivo con un Isco tan estelar como en Gijón. Pocas veces ha jugado tan bien el Madrid en esta Liga y siempre que lo hizo fue con una formación similar a la de anoche. El único pero que se le puede poner fue su poca finura a la hora del remate. Con un poco más de puntería, la goleada hubiera sido mayúscula.
El Madrid entró al partido como una apisonadora: marcó dos goles, el árbitro anuló otro legal a Morata, hubo un remate al poste y Lux realizó tres paradones memorables. Todo antes del primer cuarto de hora. El Deportivo salió vivo de milagro. Y las cosas del fútbol, tanto perdonó el Madrid que pasada la primera media hora el Deportivo se metió en el partido con un gol con suerte de Andone. Luego, hasta pudo empatar antes del descanso en una salida en falso de Kiko Casilla.
La voracidad con que salió el Madrid le costará críticas a Zidane. Que en el clásico Bale mandara a la grada a Lucas Vázquez, que Isco calentara banquillo o que Benzema no dejara jugar a Morata se revelan ahora como decisiones aún más incomprensibles de lo que parecieron en su momento. Hasta ahora, la segunda unidad siempre ha cumplido. Y su suplencia ha dejado un profundo poso de injusticia. El Madrid, en un campo tan tradicionalmente hostil como Riazor, tardó menos de un minuto en ponerse por delante en el marcador. Lo hizo con un gran pase al hueco de Isco y un remate violento de Morata. Tras varias ocasiones desperdiciadas por el buen hacer de Lux llegó el segundo a los trece minutos en asistencia de Lucas Vázquez que remató por la escuadra James, un jugador que parece haber encontrado su idilio con el gol, anoche anotó otros dos.
Morata estrelló enseguida el que parecía el tercero en la cara de Lux. El Madrid lo vio todo sencillo y poco a poco bajó el pistón. El Deportivo encontró su gol en un remate fallido de Kakuta que se convirtió en un improvisado pase a Andone, que sorprendió a Casilla. Una mala salida del portero de Tarragona casi le costó el empate al Madrid, que se rehizo al filo del descanso con un tercer gol obra de Lucas Vázquez tras un impresionante slalom de Isco, con caída y ruleta incluida en la que se fue de dos rivales.
El 1-3 hundió por completo al Deportivo. Le cortó las alas e hizo imposible su recuperación en una segunda parte más sosa, en la que el Madrid no fue tan punzante, pero llevó el peso del juego.
El Deportivo cambió de portero tras el descanso porque Lux se había llevado un pelotazo en la cara. Entró el polaco Tyton, que estuvo mucho menos afortunado, y sustituyó a Kakuta por Navarro, un defensa, lo que da idea de que Pepe Mel buscaba sobre todo evitar una mayor goleada. El Madrid mantuvo a su once.
Con menos oportunidades, el 1-4 se hizo de rogar, y llegó por medio de James, que se apuntaba así su doblete. Isco logró dejar su sello personal con el quinto gol antes de ser cambiado por Casemiro a falta de diez minutos para el final. Parte de las gradas de Riazor le tributaron una ovación, algo inaudito en este estadio para un jugador del Madrid. Entró también Mariano por Asensio y todo parecía decidido, pero aún faltaban dos goles. Joselu acortó distancias con un buen cabezazo y Casemiro puso el último en un remate lejano que se comió Tyton. El Madrid superó con nota el examen de Riazor y sigue dependiendo de sí mismo.
EXHIBICIÓN DE ISCO El malagueño fue otra vez el mejor del equipo y James marcó un doblete, y ya lleva tres goles en los dos últimos partidos