El British lleva la edad media al CaixaForum
El British Museum viaja a la edad media en CaixaForum para explorar los antecedentes de una identidad común a través de objetos de su colección
La edad media nunca ha gozado de buena reputación, y aún hoy el término medieval se continúa utilizando como sinónimo de algo oscuro, bárbaro, tenebroso, ignorante, inquisitorial, poseído por la superchería y la superstición o anclado en un tiempo remoto. Pero fue durante ese largo periodo de más de mil años (entre la decadencia del imperio romano en el siglo V y la reforma protestante del XVI) cuando surgió un nuevo orden europeo (desde las estructuras políticas al nacimiento de los estados o las universidades, pasando por el calendario, la organización de la jornada o el ritmo del tiempo) que, con todas las variaciones que se quiera, es el que prevalece en la actualidad. Esa es la tesis de Los pilares de Europa, una exposición organizada por CaixaForum en colaboración con el British Museum, que explora ese pasado común en un momento en el que el Brexit ha hecho estallar en mil pedazos
‘Los pilares de Europa’ reúne 244 piezas del museo londinense, algunas nunca exhibidas en público
la creencia de un identidad comunitaria. “El futuro no lo conocemos, pero el pasado debería darnos esperanzas”, señalaba ayer el presidente de la institución británica, Richard Lambert, citando a su ilustre compatriota Winston Churchill.
La exposición reúne 263 piezas, de las que 244 proceden de las reservas del British Museum, muchas de ellas nunca antes exhibidas al público. Nada extraño en un museo que cuenta con una colección de nueve millones de objetos. “Hay una especie de malentendido según el cual los objetos expuestos de forma permanente son los mejores, pero eso no es así. Hay muchos, muchísimos, en la recámara que merecen ver la luz porque cada uno de ellos tiene la capacidad de explicar una gran historia”, apunta Michael Lewis, comisario junto a Naomi Speakman de una muestra que ya se ha visto en Madrid y que aquí estará en cartel hasta el 18 de junio. El recorrido, que cuenta con una eficaz escenografía pensada para realzar hasta el más mínimo detalle de unas piezas a veces minúsculas, se completa con 19 obras procedentes del Museo Arqueológico Nacional (MAN), el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Museu Frederic Marès.
Es un viaje a la edad media a todo color, a través de piezas que hablan del poder de la corte, como el broche de Wingham (575-625); el estatus del que gozaban los guerreros que ayudaban a proteger los intereses de los gobernantes (un ala hecha de cuero que decoraba el casco de un caballero), la vida urbana (una jarra de aseo personal que lleva impresa en francés la frase “Me llaman lavadera y sirvo a todo el mundo con amor”), la moda (entre otras curiosidades puede verse un zapato de punta fina del siglo XV hallado en el Támesis) o los continuos peregrinajes a santuarios como el de Canterbury, adonde llegaban miles de personas en busca de un gadget con la esperanza de que sus poderes milagrosos los protegieran o curaran allí donde no llegaba la medicina.
Con todo, la estrella de la exposición es la figura del rey del ajedrez de Lewis , célebre sobre todo entre los niños gracias al fenómeno editorial de Harry Potter, que citaba en uno de sus libros la pieza tallada en marfil de morsa entre 1150 y 1200. Se trata de la figura de un monarca sentado en su trono y con la espada apoyada en el regazo, como dispuesto a defender su reino a la más mínima señal de alarma. Procede probablemente de Noruega pero fue hallada por un pastor en Escocia en 1851. Esta misma semana era reclamada por un miembro del Partido Nacional Escocés como parte de su patrimonio. “¿A qué parte de Noruega se la enviamos?”, fue la respuesta de Lambert.