Un estudio detecta riesgo geológico en el almacén de residuos radiactivos
Un estudio elaborado por la empresa Ingema, firmado por el geólogo Manuel Bello La Puerta, sostiene que la ubicación elegida para el almacén temporal centralizado (ATC) de residuos radiactivos de Villar de Cañas (Cuenca) presenta enormes riesgos geológicos. El informe evalúa los documentos que han servido al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para dar luz verde al emplazamiento del almacén.
Bello afirma que si se construye el almacén en la zona elegida por la empresa pública Enresa, “se estaría poniendo en un riesgo inaceptable a las personas y a la biosfera”. “Si se produce un imprevisto, esos terrenos no pueden evitar que se produzca una migración de radionucleidos a través de las aguas subterráneas porque esos terrenos no son impermeables”, dice a este diario. Los terrenos elegidos para el ATC no son impermeables, lo que significa que no se restringiría eficientemente el paso de contaminantes radiactivos a través de estas formaciones geológicas en caso de cualquier vertido accidental. En esa hipótesis, el vertido podría “alcanzar acuíferos que suministran agua para el regadío, “agua para el consumo humano, o incluso, alterar el sistema fluvial del río Záncara”, dice el informe. El terreno, además, presenta karstificaciones, lo que puede dar lugar a procesos desemboquen en colapsos o subsidencias, todo lo cual debería ha sido una razón para considerar “inadecuado”.
El CSN dio luz verde en julio del 2015 al informe de idoneidad del emplazamiento del ATC, pese a admitir el mismo documento que los terrenos en los que se asienta presentan “características desfavorables, relativas a la presencia de materiales yesíferos y materiales arcillosos en contacto con el agua”. Para corregir esa “falta de idoneidad” del terreno”, el CSN exigió que se aplicaran medidas, planes y programas compensatorios (diseño ingenieril, plan para minimizar el acceso del agua al subsuelo del emplazamiento…) antes, durante y después de la construcción del ATC.
Ecologistas en Acción criticó ayer que “el CSN conocía los riesgos de los terrenos en base a la información de sus propios técnicos y, por tanto, dio el visto bueno a sabiendas de que con su decisión ponían en enorme riesgo a toda una comarca”.
La construcción del ATC está llena de incertidumbres. Además del dictamen sobre el emplazamiento, el CSN debe dar luz verde aún a sendos informes sobre la construcción y explotación. Al proyecto aún le falta una larga tramitación, incluida la declaración de impacto ambiental, obstaculizada al ampliar la Junta de Castilla-La Mancha la zona para la protección de las aves.