El PSOE-A advierte que no dejará pasar los insultos de Rufián
La incendiaria intervención del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, durante el debate de investidura del sábado, siguió concitando ayer críticas y el rechazo mayoritario de los partidos, tanto a derecha como a izquierda del espectro político español. La ola de indignación suscitada por las formas beligerantes del republicano llevaron a su compañero, el también diputado Joan Tardà, a disculparse vía Twitter argumentando que su partido no pretendía ofender sino denunciar lo que a su juicio es un montaje. Disculpas que no sirvieron para apaciguar los ánimos de los socialistas andaluces, que ayer anunciaron que tomarán represalias por los insultos a su comunidad y hacia su presidenta, Susana Díaz, a la Rufián llamó “cacique” y “Richelieu”.
El vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia y Administración Local, Manuel Jiménez Barrios, dijo en la Ser que el diputado de ERC “hace honor a su apellido”, y avisó de que el Gobierno autonómico “no dejará pasar gratuitamente los insultos a Andalucía y a su presidenta”, sobre todo, añadió, viniendo del miembro de una formación que gobierna en Catalunya “con un partido tan corrupto como CiU”. Tampoco en el PSC cayeron bien las palabras de Rufián. Para su presidente, Àngel Ros, los republicanos perdieron “la legitimidad para criticar a los socialistas” cuando votaron en contra de la investidura de Pedro Sánchez en marzo.
Pero los socialistas no estuvieron solos en su queja. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, consideró “intolerable” el discurso de Rufián, que acusó a los socialistas de “traidores” y de doblegarse ante los intereses de los grandes consejos de administración.
“Se pueden decir muchas cosas en la tribuna, tenemos una gran libertad para ser muy efectivos y no faltar le al respeto a nadie, máxime a partidos que son tan o más democráticos que el suyo”, dijo en RAC1. Y añadió, “hay modos de actuación en el Parlamento que no son aceptables. Todos los ciudadanos merecen un respeto y sus representantes, también”.
Desde el otro extremo del arco político, el coordinador general de IU, Alberto Garzón, opinó que Rufián “no dijo ninguna mentira”, pero empleó un “tono provocador” con la intención de “tensionar e incendiar la bancada socialista, y lo consiguió”. Sin embargo consideró “hipócrita” su actitud y acusó a ERC de mantener un “doble discurso” en Catalunya y en Madrid. Justo antes de asistir a la clausura de la VII asamblea nacional de EUiA, referente
Tardà dice que ERC no pretendía ofender, sólo “denunciar el gran montaje entre PSOE y PP”
de IU en Catalunya, Garzón aseguró sentir “rabia” al comprobar cómo “ERC ha decidido tener un discurso de izquierdas en Madrid y una práctica política de derechas en Catalunya”, donde gobierna al lado del PDECat.
Ante el aluvión de críticas recibidas, el parlamentario de ERC, Joan Tardà, salió al paso para defender a su adjunto en la portavocía del Congreso y disculparse ante quien se hubiera sentido ofendido por sus palabras. “Si alguien se ha sentido ofendido, sepa que ERC no lo pretendía. ¡Dicho de corazón! Pero tenemos obligación de denunciar el gran montaje PSOE-PP”, tuiteó. Y lamentó que “haya quien pretenda ensañarse con ERC para distraer y disimular el pacto PSOE-PP”.
El protagonista del incidente por su parte, declaró en RAC1 que no se arrepentía de sus palabras, y señaló que se estaban criticando las “formas” de su discurso porque “saben que el contenido” es verdad.