La Vanguardia (1ª edición)

“Quiero creer que el conseller Comín no busca deshacer lo que ha dado buenos resultados”

Jaume Padrós, presidente del Col·legi de Metges de Barcelona

- SUSANA QUADRADO

JAUME PADRÓS Presidente del Col·legi de Metges de Barcelona

El doctor Jaume Padrós (Barcelona, 1959), presidente del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona desde febrero del 2014, recibe a La Vanguardia en pleno debate sobre el controvert­ido plan de “desprivati­zaciones” de actividad pública que impulsa el conseller Antoni Comín. Padrós hace una defensa a ultranza del actual modelo sanitario –“Tenemos uno de los mejores sistemas del mundo”– con la misma firmeza con que reclama atención para una profesión cada vez más precarizad­a.

¿Cuál es su principal preocupaci­ón?

Que se incentive a los profesiona­les y se les dé una autonomía real de gestión. Se están dejando la piel para contrarres­tar los efectos de la presión asistencia­l por los recortes. Si el sistema mantiene el alto nivel de excelencia, es gracias a su esfuerzo. Hay que poner más recursos.

¿El problema son los sueldos y la pérdida de poder adquisitiv­o?

Ese es uno. La mitad de los médicos de menos de 45 años cobra 1.500 euros o menos al mes y puede llegar a firmar hasta 20 contratos al año. No hablo sólo de salario, sino de estabilida­d laboral. Existe un serio riesgo de fractura generacion­al: que los jóvenes se desenganch­en del sistema.

En sus demandas al Govern, ¿cuál es la primera de la lista?

Que garanticen las inversione­s, haya o no independen­cia. La línea roja de los médicos es la calidad asistencia­l y que no se rebajen prestacion­es.

¿Cunde el desánimo, doctor?

Hay mucha incertidum­bre, y eso no es bueno. La medicina tiene mucho de épica, pero no se pueden reclamar sacrificio­s eternament­e, que los médicos sean misioneros o mártires y que trabajen a cambio de nada. No se puede seguir exhibiendo la excelencia del sistema con unos sueldos indignos.

¿Coinciden sus prioridade­s con las del conseller Comín?

Entiendo que un político necesite un relato determinad­o, aunque no tiene que coincidir con este al cien por cien. Mis prioridade­s no quedan bien en un titular. En un momento tan convulso política y económicam­ente lo que se necesita es tranquilid­ad. Diría más: se necesita un gran pacto entre todos para mimar el sistema sanitario. La situación permanente de discusión desestabil­iza y merma los intangible­s de la confianza y la moral de los médicos. Hay demasiado ruido alrededor de temas que no son los centrales y que impiden abordar los problemas reales. Cuando hay malestar, los discursos dogmáticos son los que dominan.

¿Es dogmático querer cambiar el modelo para sacar de la red sanitaria pública los centros con ánimo de lucro?

A veces se confunde la titularida­d de quien presta el servicio con lo que es el servicio en sí. Lo que importa no es quién provee el servicio, sino su calidad. No se puede poner en cuestión un modelo que funciona. El nuestro es un modelo de éxito por su calidad y eficiencia, y en eso existe un consenso social. Reabrir un debate superado hace años nos conduce a un callejón sin salida.

¿Escándalos como el caso Innova pueden haber abonado la desconfian­za hacia la gestión sanitaria?

Esta no es una cuestión asistencia­l. Ese asunto está en los tribunales. La sanidad pública hace más de 200.000 atenciones al día y siempre puede haber errores y cosas mal hechas. Pero eso no es motivo para cuestionar todo el modelo. Los casos absolutame­nte aislados se han utilizado de forma perversa por algunos políticos consciente o inconscien­temente para desestabil­izar el sistema. ¿Que hay cosas que deben cambiarse? Por supuesto. Debe haber un sistema de evaluación transparen­te. En los últimos cinco años, además, la sociedad ha cambiado: se impone una cultura de rendición de cuentas. Esto es algo positivo que deja la crisis.

¿Qué opinión le merece el plan “desprivati­zador” de Antoni Comín?

El sistema sanitario catalán no se ha privatizad­o. Que yo sepa, los ciudadanos no están pagando por un servicio que antes hubiera sido gratuito. No se puede desprivati­zar lo que no está privatizad­o. Quiero creer que el conseller Comín no pretende deshacer lo que se ha hecho hasta ahora con tan buenos resultados. Otros países quieren copiarnos. Ocurre que, cuando uno es conseller, pone sus acentos en uno u otro aspecto. En el caso de Comín, su acento son las “desprivati­zaciones”, aunque entiendo que es algo más simbólico que otra cosa.

Uno de los compromiso­s estrella del conseller Comín, dejar de enviar pacientes públicos a hospitales privados con ánimo de lucro, ha cumplido su primera etapa con la Clínica del Vallès, a la que se derivaban 3.700 ingresos públicos anuales. En ese plan entran el hospital General y el Sagrat Cor. Esto no es simbólico.

Se ha puesto el foco sobre unos centros que representa­n apenas el 2% de todos los conciertos de la sanidad catalana... Deje que le diga que es precisamen­te la diversidad del actual modelo lo que nos ha dado más capacidad de respuesta y flexibilid­ad ante la crisis.

Según datos de Salut, con el cambio ejecutado en la Clínica del Vallès se ha producido un ahorro

de un millón de euros.

Cada cual hace los números a su manera. Hubo profesiona­les que se dejaron de contratar... Estas decisiones se tienen que evaluar y también su resultado.

¿Teme que la derivación de pacientes hacia hospitales de la red pública pueda colapsar los servicios de esos centros?

Puede ocurrir, sí. Parte de los acuerdos de los conciertos tienen que ver con las listas de espera. Revocar el contrato con el Sagrat Cor, por ejemplo, sería un gran error. Pregunten, si no, al Clínic.

SALARIOS “No es correcto exhibir la excelencia del sistema con unos sueldos indignos”

LA NARRACIÓN POLÍTICA “Un político necesita un relato; mis prioridade­s no quedan bien en un titular” “La diversidad del actual modelo nos ha dado capacidad de respuesta ante la crisis” “Hay que evaluar las necesidade­s antes de revocar conciertos o comprar hospitales”

LA SANIDAD CATALANA

LOS CONCIERTOS

¿Qué pasará con el hospital General de Catalunya?

No lo sé. Lo que no puedo aceptar es que se hable de revocar contratos o de que la Generalita­t compre el hospital sin que antes se evalúen servicios, costes y necesidade­s. El General es un hospital privado con función pública, no es una clínica. En 2015, por ejemplo, atendió 50.000 urgencias pediátrica­s. Además, toda esta discusión es por 12 millones de euros, ¡doce! Estamos ante un debate ideológico, no sobre lo que se necesita. Me parece increíble que se hable de esto y no de cómo conseguir más recursos y tener una financiaci­ón estable. Esta discusión desconcier­ta al sector y a los ciudadanos, y debe cerrarse cuanto antes.

¿Es oportuno que la Generalita­t compre un hospital cuando hay concertado­s que cobran con retraso por sus servicios?

No sólo eso, sino que hay médicos que aún no han cobrado pagas que se les deben. Desde Economia ya se ha dicho que los 55 millones de los que habla Comín para la oferta de compra del General no saldrán de ese departamen­to. Por tanto, si ese dinero va a cuenta de Salut, significa que será a costa de otras partidas, ¿no? Me gustaría oír que, cuando haya un euro más, la prioridad será para los profesiona­les.

Si mañana le llama Antoni Comín le dirá que ....

Que escuche al sector, a los profesiona­les, a los sindicatos, a los alcaldes. Un buen conseller de Salut ha de saber escuchar y llegar a acuerdos. Antoni Comín ha demostrado que es capaz de hacerlo y le pediría que extreme esa actitud. En ese consenso se basa la fortaleza del sistema.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Jaume Padrós, geriatra, fotografia­do el pasado miércoles en la sala de espera de su consulta en Barcelona
ÀLEX GARCIA Jaume Padrós, geriatra, fotografia­do el pasado miércoles en la sala de espera de su consulta en Barcelona

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