Viaje bajo el agua a través de la lente
El Museu del Cinema conmemora los 100 años de ‘20.000 leguas de viaje submarino’
El mundo submarino sale a flote. Objetos y aparatos para la filmación submarina, audiovisuales, fotografías, revistas, programas de mano o carteles muestran en el Museu del Cinema de Girona cómo se hizo el rodaje de la película 20.000 yeguas de viaje submarino coincidiendo con el centenario de su proyección, la tarea de divulgación del mundo bajo el agua que hicieron los pioneros así como la evolución posterior de los films submarinos, tanto de ficción como documentales.
Coproducida por el Museu Marítim de Barcelona y el BCN Underwater Festival, la exposición Sota
l’aigua está confeccionada a partir de una idea original del doctor Andrés Clarós y de numeroso material de su colección privada (formada por más de un millar de cámaras fotográficas submarinas, de cine y cajas estancas, más de 2.500 accesorios y una biblioteca con más de 300 libros y revistas sobra la imagen subacuática). “Nuestro objetivo es proteger este patrimonio antes de que se pierda”, señala Clarós, comisario de la muestra, con Sílvia Dahl.
Con la aparición de la cámara submarina el científico francés Louis Boutan captó en 1893 las primeras imágenes bajo el agua para una búsqueda en biología marina. Pero John Ernest Williamson, testigo apasionado de las historias de su padre, quien patentó un ingenioso sistema para trabajos de rescate submarinos, fue más allá y quiso mostrar al mundo, adaptando el invento de su progenitor, el fondo marino a través de la fotografía y después con la filmación del documental Thirty leagues under the sea en 1914 que contenía imágenes submarinas de Nassau. El éxito alcanzado por el documental abrió a Williamson las puertas al filme de ficción y en 1916 llegó la primera película comercial, 20.000 leagues under the sea, a partir de dos obras de Julio Verne. El filme incorporaba imágenes submarinas tomadas por Williamson que mostraban la lucha entre un monstruo submarino y un pescador de perlas. Empezaba así un largo camino para nuevas producciones de la industria documental y de ficción.
Los ámbitos de la muestra, abierta al público hasta enero del 2017, recogen todo lo que rodea a los inventos de Williamson, un repaso por el cine que contiene escenas de agua –desde la versión de 20.000 leguas... que hizo Richard Felischer (1954) hasta las secuencias de acción de James Bond o Le grand bleu de Luc Bésson– y también los primeros
La colección privada Andrés Clarós contribuye a mostrar la evolución posterior de películas submarinas
divulgadores de la imagen submarina (Hans Hass y Jacques-Yves Cousteau), los pioneros en Catalunya entre los que destaca la primera película del fondo marino de Lloret de Mar Lobos de la Costa Brava (1945), las cámaras de cine amateur o los monstruos y seres fantásticos del mar, fuente de inspiración en todos los tiempos y que siguen despertando curiosidad.