Aquelarre en Salem
Andrés Lima dirige a Lluís Homar en ‘Les bruixes de Salem’, de Arthur Miller, la dura reflexión sobre el poder que abrirá el festival Grec
El Grec vuelve a abrir con teatro. Con Les bruixes de Salem , de Arthur Miller. Lo hace tras seis años programando circo, danza y música para la inauguración, géneros que suelen tener menos peligro de fracaso en el enorme escenario del anfiteatro de Montjuïc. Eso sí, vuelve a abrir con teatro habiendo contratado una buena póliza de seguros: un reparto monumental de 15 actores en el que destacan Lluís Homar, Nora Navas, Carles Canut, Borja Espinosa y Carme Sansa. Dirigidos por Andrés Lima. Por si algo faltara, la traducción de la obra es de Eduardo Mendoza. Un equipo de lujo que ha sido posible gracias a que el montaje lo coproducen el Grec, el Romea y el Centro Dramático Nacional de Madrid, donde se verá la próxima temporada.
La obra de Miller, uno de los grandes dramaturgos estadounidenses del siglo XX y marido de Marilyn Monroe, es una alegoría de la caza de brujas que el senador McCarthy desencadenó en Hollywood en busca de comunistas y que el propio Miller viviría en sus propias carnes tres años después de escribir la obra. Porque inicialmente Miller se había inspirado en la declaración de Elia Kazan ante el Comité de Actividades Antiamericanas en 1952, donde el director de Un tranvía llamado Deseo delató a otros compañeros de Hollywood.
Tras hablar con Kazan, Miller se trasladó al pueblo de Salem, en Massachusetts, donde hubo una verdadera caza de brujas en 1692. Una caza que además de puritanismo escondía intereses económicos y de tierras y que llevó a la condena a muerte de 19 personas. Todo a partir del rumor de que una de las chicas del pueblo era víctima de un maleficio. Se crearía una atmósfera opresiva e irracional de acusaciones, delaciones y muertes que a Miller le inspiró Les bruixes de Salem. Una obra que para Andrés Lima sigue siendo igual de actual en la Barcelona y en el mundo del 2016: “Habla del miedo de los que tienen el poder a perderlo y de los mecanismos que utilizan para conservarlo”. Mecanismos que son el miedo y el terror, señala Lima. Y que se siguen usando hoy, dice, como muestran “los titiriteros pendientes de juicio en Madrid. Esas actuaciones son cazas de brujas. Ellos son una cabeza de turco para desestabilizar el poder de la actual alcaldesa, Manuela Carmena. No les importa la función, que no tiene nada de apología del terrorismo. Y la ley mordaza es institucionalizar todo eso”.
Porque Lima recuerda que “en Salem ya muchos sabían que las brujas no existían, y aun así las utilizaron. Va siempre bien tener a mano una superstición para poder asustar a la gente”. Y hace un viaje por la historia para explicar que aquellos puritanos que llegaron a
“Las cazas de brujas siguen existiendo, como muestran los titiriteros pendientes de juicio”, afirma Lima
Salem para reconstruir el paraíso perdido conformaban una comunidad en que Iglesia y Estado eran una misma cosa y el reverendo era el jefe. “La no separación de poder provocó el conflicto. Para mantener el poder crearon el terror”, señala.
Y añade que “dentro de todos nosotros hay un puritano y cuando nos sentimos amenazados puede salir este comportamiento. Hoy el puritanismo está diluido dentro de la seducción del capitalismo, pero el miedo a perder lo que tenemos, la insolidaridad, puede hacer que se den estas corrientes de locura”. En ese sentido, concluye que esta obra no pretende hacer “crítica, sino autocrítica: podemos ser nosotros”.