Los cinco magníficos
En pleno relevo generacional, España se apoya en los chicos de oro de Viena
Son los cinco sentidos de España. Entre ellos cinco forman la mano derecha de la selección. Son los cinco elementos en los que se basa el equilibrio. Cinco como las letras que forman la palabra éxito. Las cinco líneas del pentagrama en el que se escribe la música de la época dorada de la roja. Son historia reciente y presente. Son los cinco magníficos que ya estaban en la victoria de la Eurocopa del 2008 y en los que se apoya el equipo, en pleno relevo generacional, para liderar la conquista del tercer título continental seguido. Ocho años después, el papel de Iker Casillas, Sergio Ramos, Andrés Iniesta, Cesc Fàbregas y David Silva será vital.
“De niños a hombres”, tituló La Vanguardia su contracrónica de la final frente Alemania. Se hicieron mayores, aunque dos ya sabían lo que era levantar la Champions. Allí empezó todo. Con los cinco de Viena. No había llegado Del Bosque y ya eran de la plena confianza de Luis Aragonés. Ellos rompieron la maldición. Derribaron muros. Reescribieron el relato.
Casillas, con sus paradas en la tanda de penaltis de cuartos a Di Natale y De Rossi. Ramos, que aún era lateral –Puyol y Marchena eran los centrales–, con su ímpetu desacomplejado, que le costó las broncas de Aragonés. Silva, aún en el Valencia, con sus pinceladas. Cesc, con el salto que supuso la entrada a una dimensión desconocida tras batir a Buffon. E Iniesta, que fue el único titular en los seis encuentros, al fabricar el gol que abrió las semifinales ante Rusia.
Ahora cuatro han superado el centenar de partidos con España. Y el que no, Silva, lo hará hoy. Y sólo ellos, que también estuvieron en Sudáfrica y en Polonia y Austria, pueden sumar su cuarto título con la selección. “Lo que me haría feliz es hacer que la Eurocopa estuviese en el palmarés de España, no en el mío. Lo colectivo siempre lo pongo en primer lugar. Porque ganar tres Euros seguidas sería algo insólito”, concede Iniesta. “Hemos vivido una época muy buena con la selección, y la idea es seguir haciendo grande nuestro país en estos torneos internacionales”, le secunda Sergio Ramos.
El segundo y el tercer capitán de la selección sustituyeron ayer en la rueda de prensa a Iker Casillas, que según manda la tradición debía comparecer. Ellos son los espejos para los que debutan en una gran cita, como Morata, Bartra o Nolito, como Xavi, Villa y Alonso lo fueron para ellos. “No hay que hacer hincapié en la diferencias entre las selecciones, entre los que ya no están. Que la afición nos anime con la misma ilusión y que confíe en este equipo”, pide Ramos. “Lo que aportan los jóvenes es su calidad. Independientemente de la edad, eso es lo principal. En un equipo siempre hay cambios, pero la mentalidad sigue siendo llevar la responsabilidad de campeones hasta lo más lejos. Seguimos teniendo una gran plantilla”, afirma el manchego, que como los otros magníficos tiene una motivación especial. “La decepción de Brasil nos hace estar más centrados. Para nosotros, esto es un reto”. Los cinco de Viena saben cómo hacerlo. Ya lo han hecho tres veces.
Casillas, Ramos, Iniesta, Silva y Cesc, presentes en las tres títulos, toman los galones sin Xavi o Villa