Miquel Ylla
AMANTE DE LA MONTAÑA
Miquel Ylla, cardiólogo jubilado, ha creado en Vic una monumental colección con 10.000 libros cuya temática gira alrededor de la montaña. Destacan guías editadas en el siglo XIX y primeras ediciones de obras de Verne.
Cuando hace dos años se jubiló, el cardiólogo Miquel Ylla trasladó a su consulta los cerca de 10.000 libros centrados en la montaña que saturaban el domicilio familiar. Estos últimos meses, coincidiendo con los actos de Vic, Capital de la Cultura Catalana 2016, más de 200 amantes de la montaña y la naturaleza han podido admirar su biblioteca privada, en visitas guiadas por él mismo. Más allá de la efeméride cultural, Ylla deja claro que “cualquier persona interesada siempre tiene las puertas abiertas y puede concertar una cita para ver la colección”.
Nació en Vic en 1948 en la calle de la Mare de Déu de la Llet, a pocos metros de la plaza Major. Hijo de un farmacéutico que regentaba una droguería perfumería, su amor por la naturaleza se forjó con la práctica de la pesca, la caza y el excursionismo, una actividad que siendo un niño ya había practicado de la mano de su padre, que le llevaba al Montseny a esquiar en las Agudes y el Matagalls. A los 17 años se inició en la escalada de roca y después descubrió los Pirineos, los Alpes, el Atlas, los Andes y el Himalaya. Con el paso del tiempo, la montaña reforzó su pasión por los libros.
La afición por el coleccionismo le sobrevino leyendo las obras completas de Miguel Delibes, “un autor que me convirtió en lector y también me empujó a escribir. A mediados de los sesenta empecé a comprar libros y la colección fue creciendo, sobre todo con volúmenes hallados en las puestos y tiendas de libro viejo y en Els Encants”.
Entre las joyas de su biblioteca destaca la colección entera de los boletines del Centre Excursionista de Catalunya (de 1881 hasta hoy), la mayoría de guías de montaña editadas desde finales del siglo XIX, o las primeras ediciones de las novelas de Verne (1878). En las estanterías también guarda libros de poesía, novela y todo tipo de géneros relacionados con la montaña.
Ahora aprovecha el tiempo informatizando la colección y haciendo excursiones (hace poco estuvo en el Himalaya, donde hizo un trekking en la zona del
LAS JOYAS Destacan las primeras ediciones de las novelas de Verne y guías del siglo XIX
EL TIEMPO LIBRE Prepara su tercer libro, informatiza su biblioteca y sigue saliendo a la montaña
Annapurna y el Dhaulagiri). También asiste a la Escola d’Escriptura del Ateneu Barcelonès y escribe libros. Ya ha publicado dos, y ahora está trabajando en el relato Escalar a la seixantena, que incluirá en su nuevo proyecto literario El llibre que va fer cim. Memòries d’un home de muntanya.
Cuando le preguntan si ha leído los 10.000 libros, dice que “todos no: muchos sólo los he hojeado. Para poder leerlos todos tendría que vivir tres siglos. Los libros tienen cuerpo y alma: el cuerpo son las tapas y el lomo; el alma es la parte literaria. Yo les hago compañía y soy feliz estando a su lado”.
No le preocupa demasiado el destino de su biblioteca: “Cuando una colección pierde al sujeto, pierde todo el sentido. Ya lo dicen los budistas: ‘Todo lo que se une acaba separado; todo lo que se edifica acaba derribado, todo lo que se colecciona acaba dispersado’. Todo el que vive acaba muriendo. Lo que me hace feliz no es poseer, sino poder disfrutar de los libros, cogerlos y hojearlos”, concluye Ylla.