“Allez l’Espagne”
La selección recupera la sonrisa gracias al cariño de la afición local
No hay nada mejor después de una sorprendente derrota como la de Georgia que darse un baño de masas para que la moral suba de golpe. Para eso le sirvió a la selección española el primer entrenamiento en tierras francesas, en Saint Martin de Ré. El cariño del público local provocó que las sonrisas coparan el ambiente de la sesión de puertas abiertas. No en vano, “Allez l’Espagne” fue uno de las consignas más coreadas, imitando el grito de guerra de la selección francesa, les bleus. La isla de Ré quiere dar suerte a España como en su día Neustift, Potchefstroom y Gniewino.
El estadio donde España se entrenó y se entrenará el próximo mes lleva el nombre de Marcel Gaillard, un exalcalde de la localidad, nada que ver con Marcelo el Muñeco Gallardo. Allí juega sus partidos la Associaton Sportive Réthais de división regional. Pero por unas horas, los aficionados y los niños de las escuelas de la isla poblaron la tribuna más una pequeña grada supletoria para ver a campeones de Ligas y Copa, Champions, Europa League y de un Mundial. No llegaban a las mil personas pero tenían toda la ilusión. “Iniesta, Iniesta” fue el más querido con diferencia por la muchachada, entre la que había gorras y camisetas del Barça. El que se quedó con las ganas fue un joven aficionado del Madrid con la elástica de Isco.
No sólo los isleños pusieron su granito de arena para revertir la situación, la Federación ha decorado la entrada al campo con pancartas motivacionales para que los jugadores no se olviden de lo más importante: correr y trabajar más que el rival. “La historia no marca goles, el talento sí. La historia no gana partidos, el esfuerzo sí. La historia no te hace campeón, la humildad sí”, son algunos de los mensajes.
Mientras, los seguidores estaban boquiabiertos ante la calidad de la
roja. “Olé, olé”, gritaron desde la grada tras dos goles consecutivos de Alba. El público se puso en pie con un gol de vaselina de Morata por encima de Casillas. Y Ramos se llevó la última gran ovación al despedirse con un disparo al larguero que hizo las delicias del respetable.
Fue una sesión distendida para todos menos para Vicente del Bosque que estuvo activo, paró el partidillo para dar instrucciones y dejó a Piqué, Alba y Morata fuera del teórico equipo titular –con un peto blanco–. Tampoco se pudieron relajar los 30 miembros de la seguridad privada que estuvieron dos horas mirando al público para evitar que saltase algún espontáneo. Nadie se movió. Esto es Francia.
Iniesta fue el más querido y coreado por los niños de la isla, que aplaudieron cada detalle técnico de ‘la roja’