Los plebiscitos los carga el diablo
El Centro de Investigaciones Sociológicas se ha equivocado en más de una ocasión , pero sus sondeos electorales, elaborados a partir de miles de entrevistas domiciliarias (en esta ocasión 17.488 entrevistas efectuadas en 1.266 municipios), tienen valor referencial para la política y los profesionales de la sociología. El CIS escribe siempre el prólogo de la campaña electoral.
El oráculo estatal dice lo siguiente: el Partido Popular gana pero tiene dificultades para mejorar su resultado de diciembre; la coalición Unidos Podemos está adelantando al PSOE en votos y escaños. Victoria corta de Mariano Rajoy y sorpasso completo en la izquierda. Este augurio coincide con diversos sondeos privados publicados hace pocos días.
La continuidad de Rajoy en la presidencia no está garantizada, aunque su partido tenga opciones de gobernar. Y todas las alarmas están disparadas en el PSOE ante la profundidad del cisma generacional en el campo de la izquierda. El Partido Socialista tiene un problema muy inmediato: ha diseñado su campaña como un referéndum en favor del cambio, pero no parece disponer de musculatura suficiente para imponer y dar credibilidad al relato plebiscitario. No se puede plantear una campaña como un referéndum y a la vez luchar desesperadamente por el segundo puesto. Los plebiscitos los carga el diablo, como muy bien saben estos días destacados políticos catalanes.