Japón defiende Tokio 2020 ante sospechas de soborno
El Gobierno de Japón defendió ayer la honorabilidad de la adjudicación de Tokio como sede de los Juegos Olímpicos del 2020, ante las acusaciones de presuntos sobornos del comité organizador nipón a una firma vinculada con el Comité Olímpico Internacional (COI). “Según mi conocimiento de los hechos, el proceso de la candidatura de Tokio para los Juegos Olímpicos del 2020 fue llevado a cabo de forma limpia”, declaró el portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshihide Suga, en rueda de prensa.
El representante del Gobierno japonés salió así al paso de la información publicada la víspera por el diario británico The Guardian, que apuntaba sospechas de soborno en la adjudicación de los juegos del año 2020 a Tokio.
El rotativo señalaba el miércoles que la justicia francesa al parecer investiga si los organizadores nipones, o entidades que actuaban en su nombre, han pagado 1,3 millones de euros a la firma Black Tidings, vinculada al hijo de Lamine Diack, expresidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, en sus siglas en inglés) y miembro aún del COI en el momento de la elección de Tokio como sede de los Juegos Olímpicos de verano del 2020.
Suga subrayó que “Japón colaborará y responderá de forma apropiada a todo eventual requerimiento de la justicia francesa”. Añadió, sin embargo, que las autoridades de su país no tienen ninguna intención de interrogar a los miembros del comité organizador por una información aparecida en la prensa.
El comité organizador de Tokio 2020 también defendió su inocencia. “Creemos que la organización de los Juegos fue concedida a Tokio porque esta ciudad presentó la mejor candidatura”, declaró Hikariko Ono, la portavoz de este organismo, en un comunicado en el que subrayó que no tienen “conocimiento de estas acusaciones”.
La presencia de los Diack en Japón no es nueva. También se los vincula con el gigante de la publicidad nipona Dentsu (relacionado con viejos escándalos con la IAAF), a través de un contrato de patrocinio de larga duración que se prolongó más allá de que Lamine Diack terminara su presidencia en la IAAF, según Japan Times. Cargo del que dimitió en el 2014 tras haber aceptado supuestamente sobornos de la federación rusa de atletismo, para encubrir casos positivos de dopaje.