La Vanguardia (1ª edición)

La banda sonora de Tim Burton

Danny Elfman canta con la OBC algunos de los temas que ha compuesto para el cineasta

- JUSTO BARRANCO Barcelona

Con su piel pálida y rosácea y restos perennes de una sonrisa en la cara, aún cuando lo que haya en ella sea cierta extrañeza, Danny Elfman (Los Ángeles, 1953), compositor de las bandas sonoras de la mayoría de películas de Tim Burton, podría ser también uno de los personajes del creador de Pesadilla antes de Navidad. Ayer en L’Auditori no costaba imaginarle mano a mano con la otra pálida musa de Burton, Helena Bonham Carter. Y de hecho, confesó divertido, algo ha habido. Elfman estrenó en el 2013 el Royal Albert Hall de Londres el concierto que este sábado y domingo se podrá escuchar en L’Auditori de la mano de la OBC. Un concierto sobre sus bandas sonoras para las películas de Burton y en el que él tenía que cantar algunos temas de Pesadilla, del personaje de Jack Skellingto­n. Aunque lideró durante lustros la banda Oingo Boingo, Elfman no actuaba hacía 18 años. Y se congeló en escena. Y tuvo que ser la Bonham Carter, que había cantado La canción de Sally , la que le descongela­ra con un “Fuck it!” (¡Mierda!).

“De la primera canción ni me acuerdo”, confiesa, pero luego tuvo uno de los mejores momentos de su vida. Y ha querido prolongarl­o actuando en las repeticion­es que de aquel concierto se hacen en el mundo. Como ahora en Barcelona, donde sonarán las 15 suites que ha creado a partir de sus bandas para filmes como Batman, Big fish o Mars attacks! En ellas, dice, ha combinado el elemento más conocido de la banda sonora con otros menos evidentes, pero también ha escrito para una decena de ellas algo nuevo: “No quería un desfile de hits”.

Y explica que trabajar con Burton ha sido una gran suerte: “Es un hombre muy extraño. Pero afortunada­mente yo también lo soy. Él te da una gran tela para que tú pintes, y yo disfruto esa libertad. Cuanto más trabajo con otros directores, más la aprecio”, sonríe. Y dice que “crear una banda sonora puede ser como parir un hijo: mientras lo haces piensas que no volverás a hacerlo, pero luego le ves la cara y te olvidas de las dificultad­es”. Y las ha habido: “La gran aventura de Pee-Wee fue

“‘Batman’ fue la banda sonora más difícil de mi vida, nadie me quería en el equipo”, confiesa el creador

mi primer trabajo con orquesta. Beetlejuic­e la cosa más loca que he hecho. Y Batman mi primer trabajo con una gran orquesta y probableme­nte la banda sonora más difícil de mi vida. Era mi décimo filme y nadie me quería en el equipo, ni el estudio ni los productore­s, porque nunca había hecho nada oscuro, dramático. Luché por permanecer y hubo muchos momentos de gran desesperac­ión de ser despedido, apartado. Hubo un momento que lo fui, luego estuve dentro y funcionó. Fue una victoria personal. Luego Pesadilla fue puro placer”, evoca.

“Les digo a los jóvenes compositor­es que han de ser algo masoquista­s, porque estar en medio de tantas personalid­ades locas en una película puede ser muy difícil. Es estar en una guerra: te mueves para no ser disparado. Pero yo tengo el temperamen­to para hacerlo: medio compositor y medio psiquiatra, y además acepto los castigos”. Ahora trabaja en su primer concierto para violín y el año próximo creará su segundo ballet. Para Montecarlo. Hacer una pieza al año que no sea para cine le mantendrá cuerdo, ríe. Y hace una última reflexión: “Todo desde los 18 años en mi vida ha sido fruto de la casualidad. No tengo background musical ni estudié música, pero por casualidad a los 18 acabé interpreta­ndo en París con un violín que llevaba cinco meses tocando. Por casualidad fui de gira, interpreta­r nunca se me ocurrió, componer tampoco. Conocer a Burton fue una gran oportunida­d y no sé cómo sucedió. Mucho de mi vida ha sido una gran serie de casualidad­es”.

 ?? LAURA GUERRERO ?? Danny Elfman, fotografia­do ayer en L’Auditori
LAURA GUERRERO Danny Elfman, fotografia­do ayer en L’Auditori

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