La CUP exige la subida del IRPF para apoyar las cuentas
Los antisistema reclaman recuperar Las rentas altas cubrirían 516 millones los impuestos anulados por el TC descontados a las bajas
La CUP puso ayer las cartas sobre la mesa para la negociación presupuestaria del 2016. Y algunos de sus planteamientos son cuanto menos desafiantes con el Estado y los grandes acreedores: recuperar los impuestos suspendidos y anulados por el Tribunal Constitucional, como la tasa a los depósitos bancarios, sobre las nucleares o los pisos vacíos, además de reclamar el impago de la deuda “ilegítima”.
No obstante, sobre esta última propuesta reconoce la dificultad de esta medida a corto plazo. También exige un incremento del tramo autonómico del IRPF para las rentas más altas, algo que sopesa el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, y que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha rechazado.
Bajo el título de “¿Qué entendemos por presupuestos de ruptura?”, la CUP organizó ayer una conferencia para hacer públicas sus condiciones mínimas para que se aprueben las cuentas del Govern del 2016 y poner los puntos sobre las íes, tanto en materia económica como social. El acto sirvió a su vez para que Junts pel Sí conozca al detalle las propuestas de los cuperos en materia presupuestaria, ya que el grupo mayoritario en el Parlament y el departamento de Economia ignoraban la totalidad de las iniciativas de los anticapitalistas.
Así, la diputada Eulàlia Reguant, junto al asesor económico de la CUP Josep Manel Busqueta, destacó que los presupuestos deben ser “una palanca de ruptura, de activación popular y reconstrucción de bloques sociales sólidos”. Pero, sobre todo, las cuentas deben contentar a las clases populares, que perciban que “en la construcción de la república” catalana se cuenta con ellos. Así, todo ello debe concretarse con medidas que evidencien una estructura tributaria más justa y equitativa, y ello implica una mayor capacidad recaudadora y más eficaz contra el fraude, según ha afirmado la cupera.
Igualmente, envió un mensaje directo a JxSí: las cuentas deben evidenciar que se trata de una legislatura excepcional, de descoya nexión con el Estado español, que cumpla con la declaración rupturista del 9 de noviembre pasado –en especial su anexo de emergencia social- y que den pie a un futuro proceso constituyente.
Reguant también reclamó modificar el impuesto de sucesiones al nivel del 2008, la conversión del tributo de patrimonio en un impuesto a las grandes fortunas, además de exigir al Govern “audacia” para crear nuevos impuestos e incrementar los ingresos de la Generalitat. Sin embargo, pese a todas estas medidas, lamentó que los presupuestos estén sujetos al cumplimiento de una serie de condicionantes fijados por el Ministerio de Hacienda: “Por mucho que los aprobemos, si queremos avanzar hacia la ruptura, es necesario que respondan a la idea de presupuestos libres de Montoro o postautonómicos”.
Si la CUP confía en poder modificar el proyecto de presupuestos en el trámite en el Parlament, por lo que respecta a una hipotética subida de impuestos la portavoz del Govern, Neus Munté, siguió negando toda posibilidad de hacerlo. “Defenderemos que ésta no es una medida efectiva ni que va- a conseguir de manera inmediata nuevos ingresos”, sostuvo la consellera de Presidència en referencia a las enmiendas que puedan presentar los grupos para intentar incrementar el IRPF a las rentas más altas, que garantizó que el Govern no aprovechará la tramitación de las cuentas del 2016 en el Parlament para introducir esta subida. Las palabras de Neus Munté tenían también como destinatario al departamento de Economia, después de que el miércoles el secretario de Hisenda, Lluís Salvadó, derivara precisamente al Parlament la eventual subida del IRPF. La evidencia de que “hay diferencias de criterio” entre CDC y ERC, según admitió por vez primera públicamente la propia portavoz del Govern, en
Los cuperos coinciden con Oriol Junqueras en querer incrementar el IRPF a las rentas altas
declaraciones a Onda Cero. El conseller de Economia y vicepresidente, Oriol Junqueras, evitó, por su parte, insistir directamente en la polémica y prefirió plantear las cosas de manera que la carga de la prueba recayera en el Gobierno español. Así, cifró en 650 millones de euros el coste de rebajar el IRPF a las rentas medias y bajas, pero no vinculó su compensación a una subida a las rentas altas, sino que explicó que la cantidad equivaldría más o menos a lo que la Generalitat podría recaudar con el impuesto sobre depósitos bancarios si el gabinete del PP no lo hubiese llevado al Tribunal Constitucional. Pero lo que sí hizo fue insistir en remitir la cuestión al trámite de los presupuestos en el Parlament, es decir, justo lo contrario que Neus Munté. “Será el Parlament el que debata y decida en función de los prioridades de los grupos y de manera objetiva”, remarcó durante una visita a Sabadell, la principal ciudad catalana con alcalde de ERC.