Un encuentro molesto
El húngaro Orbán y el excanciller Kohl se esfuerzan por no criticar a Merkel por los refugiados
El encuentro entre el anciano político alemán y el gobernante extranjero era de alto voltaje, y había generado tal expectación que ambos interlocutores han tenido buen cuidado en medir los mensajes. El octogenario excanciller democristiano Helmut Kohl recibió ayer en su casa renana la visita privada del primer ministro húngaro, el derechista Viktor Orbán, uno de los más acérrimos críticos europeos a la política de acogida a refugiados de la canciller germana, Angela Merkel.
En un comunicado conjunto tras la entrevista en casa del excanciller en Oggersheim, junto al Rin, ambos proclamaron que su objetivo es el mismo que el de Merkel: “Se trata de encontrar el mejor camino, teEn niendo en cuenta los aspectos humanitarios, en una cuestión existencial de millones de personas”. La visita del mandatario magiar –que ha acordonado con vallas kilómetros de frontera para evitar la entrada de migrantes–, anunciada hace varios días, resultaba incómoda para Merkel y la formación democristiana CDU, el partido de Kohl.
Helmut Kohl, de 86 años, el canciller que supervisó la reunificación de Alemania, aparece en público en raras ocasiones; tiene dificultades para hablar y va en silla de ruedas. Pero posó con Orbán para la foto, y dejó entrever que conserva capacidad de influencia. La prensa alemana atribuye el encuentro –que duró algo más de una hora– a la inminente publicación en Hungría de un libro de Kohl prologado por Orbán, quien desde hace años proclama su admiración por el líder alemán.
Pese a evitar en todo momento la
Kohl y Orbán insisten: “¿Cuántas personas puede Europa sensatamente aceptar y al final integrar?”
crítica a Merkel, en su nota dejaron claro que ambos creen que Europa no puede absorber refugiados de modo continuado, que sólo ven posible ofrecer refugio provisional a una pequeña parte de las personas que huyen, y que la solución está en las regiones limítrofes con los países en conflicto. “¿Cuántas personas puede Europa sensatamente aceptar y al final integrar? ¿Y qué ocurre con los restantes millones de personas necesitadas en el mundo que no pueden huir?”, escribieron.
Berlín, Merkel intentó desdramatizar la entrevista entre Orbán, acerbo detractor suyo, y Kohl, que fue su padrino político, apelando a la amistad que les une. “Para mí, el encuentro es expresión de esa larga relación personal”, comentó la canciller durante una rueda de prensa junto al presidente de Mozambique. También calificó el encuentro de “sensato” y “útil”.
En septiembre del año pasado, en plena marea inicial de refugiados hacia Alemania, Merkel ya tuvo un sobresalto cuando su socio socialcristiano bávaro, Horst Seehofer, invitó a Orbán a una reunión del partido. Orbán acusó entonces a la canciller de “imperialismo moral” con los refugiados. Esta vez, el líder húngaro incluso ha declarado al diario Bild que “apoya a Angela Merkel” en “los retos actuales de Europa”. Habrá tenido poderosas razones para ser comedido.