El Met de Nueva York evoca la casa de ‘Psicosis’
El museo neoyorquino evoca la siniestra casa de Hitchcock
Entre los rascacielos de la línea del horizonte, en el cielo neoyorquino emerge una construcción misteriosa. Su disposición recuerda la América profunda y las historias de soledad y de terror.
Los observadores se percatarán, al contemplar en dirección este La aguja de Cleopatra –el obelisco instalado en Central Park–, que en el perfil urbano se alza una edificación encantada sin correspondencia con la imagen habitual. Ni con la reciente fiebre especulativa de acero y vidrio.
“Me fascinó la idea de que el granero y la vivienda fueran como la casa de la película Psicosis, ubicada en la cima de la colina, y que el Metropolitan Museum se transformara en esa colina”.
La inglesa Cornelia Parker ha sido la encargada este año de decorar la terraza del Met, espacio abierto a partir de ayer y hasta el 31 de octubre, siempre que la meteorología lo permita.
“Esta es una visión doméstica para la gran ciudad, una estampa familiar en la memoria colectiva en la que esta terraza se convierte en el jardín de la casa”, añade durante la presentación a la prensa celebrada este lunes.
La instalación se denomina Transitional Object, Psyco barn. Consiste en una reproducción en madera y metal de 8,5 metros de altura. Una réplica a escala de dos tercios de la siniestra residencia de los Bates en la que Hitchcock localizó su célebre filme de 1960.
Psycho barn (pajar) es un objeto en transición con diversas lecturas de significados contrarios.
Desde el freudiano del alejamiento de la madre, representado por el granero, y la posesión del hogar, que es lo opuesto –o el bien y el mal–, a una disquisición sobre realidad y la falsificación, o el contraste de lo rural con el máximo exponente del urbanismo.
Pero también ejerce de conexión de iconos muy ilustrativos de la cultura estadounidense. Parker se inspira en la tradición de la granjas de estilo europeo que, por influencia holandesa, se prodigaron en el entorno de Nueva York. Este objeto le facilita vincular la pintura de Edward Hopper y el filme de Hitchcock, ambos unidos por una disposición anímica muy psicológica.
“Resulta interesante el hecho de que Hitchock estaba fascinado por Hopper y que a Hopper le apasionaba la arquitectura”, señala Beatrice Galilee, comisaria de arte contemporáneo. “Hopper se centró en residencias solitarias –prosigue la experta–, que expresan dolor y aislamiento en una época de cambio por el proceso de industrialización, un retrato melancólico que Hitchcock utilizó para crear su atmósfera ci-
UNA GRANJA EN LA COLINA Cornelia Parker puntúa el perfil urbano neoyorquino con una vivienda rural EN TRANSICIÓN El montaje expresa cómo el cineasta se inspiró en la pintura de Edward Hopper
nematográfica”. Según Parker, al mirar la obra del pintor norteamericano por excelencia descubrió que había pintado un cuadro llamado Casa junto a la vía del tren. “Leí que Hitchcock se inspiró en ese lienzo para su decorado”, señala.
Esta visión ejerció de elemento motor de su ideal original para la terraza, que era la de instalar un granero real en la cima del Met.
A partir de ese descubrimiento alumbró el plan de mostrar cómo la casa sale del granero y se separa. “Pensé que era como el tránsito en que el hijo deja su oso de peluche que lo vincula a la madre, aunque, en el caso de Norman Bates, asume la personalidad de la madre”, ironiza la artista.
A diferencia de la película, en blanco y negro, la casa del Met luce en rojo. Seguramente sería como una de las que estimularon al cineasta del suspense. Muchos de los cuadros de Hopper exhiben viviendas de esa gama, pintadas así porque sus moradores empleaba la sangre de los animales.
A la vista del cuadro y de la película, Parker ubicó su creación en el mismo ángulo que esos exponentes. Al igual que Psicosis, su instalación consta de dos fachadas y un tejado. No más. Sin embargo, aquí surge otra de las oposiciones. El Transitional Ob-
ject está erigido con materiales de verdad. Parker se puso en contacto con empresas de desmontaje de instalaciones agrícolas. Halló lo que buscaba en Schoharie, localidad en el estado de Nueva York. Bromea con que, en determinados momentos, todavía se huele el olor a campo.
“El original, el set cinematográfico, era todo falso –sostiene– mientras que este es auténtico. Es otra manera de jugar con la realidad, con la fachada y lo que hay detrás de esa fachada”.
Una indagación interior certificar que su montaje, como el de Hitchcock, no tiene más que apariencia. Más allá de las paredes, unos andamios y unos contenedores repletos de agua que sirven de ancla ante posibles inclemencias o vendavales.
Pese a la trampa, el show es conmovedor por el espectáculo que ofrece el horizonte puntuado por esa rememoración de otro mundo. Pale Male, el famoso halcón que habita en Central Park y estrella entre los observadores de pájaros, lleva unos días dando vueltas por la casa encantada, como si buscara cobijarse.