La derechista AfD explota la crisis de los refugiados en Alemania
El partido, nacido euroescéptico, enfatiza ahora el rechazo a la inmigración
A uno de sus representantes más prominentes se le escapó el pasado diciembre la verdad desnuda. “Esta crisis de los refugiados se puede considerar un regalo para nosotros”, afirmó Alexander Gauland, presidente del partido Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) en el land de Brandemburgo. Nacido en 2013 con vocación euroescéptica al calor de la crisis del euro, la AfD ha ido intensificando su inicial defensa moderada de la identidad alemana hasta convertirse en una formación derechista y populista que hace del rechazo a la inmigración su principal bandera.
Este diagnóstico disgusta a su actual líder, Frauke Petry, que en un abarrotado encuentro en Berlín con los corresponsales extranjeros esta misma semana, protestó afirmando que su partido ofrece “una opción muy necesaria” para los alemanes desencantados.
Petry, una química de 40 años, dijo también no compartir la idea de “regalo” de su correligionario Gauland, “una frase que ha tenido efectos negativos para el partido”, aseguró. Pero es innegable que, cuando el impacto de la presencia en Alemania de miles y miles de refugiados empezó a notarse en la sociedad –en 2015 se registraron casi 1.100.000 solicitudes de asilo-, la AfD apostó a las claras por utilizar el asunto. La gran oleada de llegadas se incrementó a partir de septiembre de 2015, después de un verano en que la AfD, erosionada por luchas internas, quedó en manos del ala dura, encarnada por Petry y los suyos. Incluso el fundador del partido, el economista Bernd Lucke –que insistía en concentrarse en la crítica a la moneda única y a la actitud de Grecia y otros países del sur de Europa–, acabó marchándose.
Pero debido a la crisis de los refugiados, en las últimas semanas las expectativas de la AfD en los sondeos han subido, para inquietud de la democristiana CDU que lidera la canciller, Angela Merkel. “Lo que hizo Merkel fue formular una invitación política a una gran parte de gente en el mundo para emprender viaje hacia Europa, con consecuencias catastróficas para la estructura de la Europa de la libertad”, acusó Petry ante la prensa extranjera. De celebrarse ahora elecciones generales, la AfD obtendría entre el 10% y el 13% de los votos, según diversas encuestas, y podría convertirse en la cuarta fuerza en el Bundestag.
Cuando era básicamente un partido eurófobo, fracasó por los pelos en su intento de entrar en el Bundestag en las elecciones de septiembre de 2013 (el mínimo necesario es el 5% de votos), pero en los comicios europeos de mayo de 2014 logró siete eurodiputados (ahora son sólo dos, pues los otros cinco se escindieron con Lucke, que es también uno de ellos).
En agosto de ese mismo año, la AfD consiguió entrar por primera vez en un parlamento regional alemán, el de Sajonia, precisamente con Frauke Petry a la cabeza; y en convocatorias sucesivas, entró en los parlamentos de los länder de Brandemburgo y Turingia, y de las ciudades-Estado de Hamburgo y Bremen. Obsérvese que los tres länder primeros son todos de la antigua RDA comunista, donde el partido tiene actualmente más implantación.
Ahora, con la popularidad de Merkel en horas bajas en algunos ámbitos de la sociedad por su política de acogida a los refugiados, la AfD se prepara para una triple cita electoral el próximo 13 de marzo. Los länder de Renania-Palatinado, Baden-Württemberg y Sajonia-Anhalt eligen nuevo parlamento, y en este último (también un land de la ex RDA) los sondeos dan a la AfD hasta un 17% de votos. Hasta ahora, en el partido habían convivido neoliberales hartos de la moneda única, conservadores descontentos con la CDU, y populistas de derecha dura. Ahora domina este último elemento.
Frauke Petry acusa a Merkel de dañar “la estructura de la Europa de la libertad” Los sondeos indican que la AfD entraría en el Bundestag de haber ahora elecciones