En embutidos, menos es más
Can Duran crece con el impulso de la gama Exentis y ya factura 15,9 millones
Can Duran, el fabricante de fuets y llonganisses (salchichones) de Seva (Osona), aumentó en el 2015 sus ventas un 19,5%, hasta alcanzar los 15,87 millones de euros. El beneficio operativo (ebitda) fue de 1,9 millones, un 24% más, y el beneficio neto, de casi un millón. La compañía tiene inversiones en marcha entre el año pasado y el actual por unos 5 millones de euros, para ampliar la capacidad tecnológica y productiva en un 35%.
“También en alimentación, las empresas debemos apostar por la tecnología para sobrevivir”, dice David Garcia-Gassull, que adquirió la empresa en el 2010, cuando Can Duran tenía unas ventas de alrededor de 6,5 millones. “En cinco años hemos multiplicado las ventas por 2,5”. Entre sus principales hitos está el lanzamiento de Exentis, una gama de embutidos sin ningún tipo de alérgeno, “en el sector de embutidos es una categoría que no existía”, asegura. Exentis salió al mercado en el 2012, “actualmente ya representa un tercio de la facturación, y en un año puede llegar a ser el 45%”. Esta categoría les ha facilitado, explica, ampliar los momentos de consumo del embutido más allá de los bocadillos, hacia el aperitivo y el tapeo.
Hay una tendencia en el mercado hacia la alimentación más saludable, que ganó visibilidad con la alerta que lanzó el pasado otoño la OMS sobre los productos elaborados cárnicos. “Hay un cambio, y nosotros formaremos parte de él. Estamos reformulando nuestros productos, añadiendo los menos sólidos posibles” (por sólidos se entiende los ingredientes que no son la carne: sal, pimienta, potenciadores de sabor, colorantes...). “Cuanto más los reduces, más difícil es controlar el proceso de elaboración. Por eso hacemos innovación interna”.
Can Duran tiene una plantilla estable de unas 50 personas (cuando compró la empresa eran 28) y crece en épocas punta hasta 80. En el 2014, la empresa adquirió las marcas Casa Sendra y Bofill, que se habían dejado de producir cuando su propietario Pau Arboix cerró el obrador de Vic. Garcia-Gassull ha recuperado el sistema tradicional de elaboración de Sendra y ha convertido Bofill en un producto ecológico. Ambas marcas apenas aportan un 1% de las ventas al grupo, pero son un refuerzo al posicionamiento de calidad de la compañía. Para el 2016, la empresa prevé crecer como mínimo un 15% y superar los 18,5 millones. Can Duran tiene su asignatura pendiente en la exportación, apenas representa el 5% y que ambiciona que llegue a ser el 30%: “Pero todavía crecemos tanto en el mercado nacional, que nos cuesta salir fuera”, reconoce.
En cinco años la empresa de Seva ha multiplicado sus ventas por 2,5 e invierte en innovación