Ødegaard se apaga
La joven estrella noruega pierde protagonismo y apenas tiene peso en el Castilla
Martin Ødegaard no acaba de romper como futbolista. La trayectoria del joven noruego en el Castilla refleja el estancamiento de una de las grandes promesas del fútbol europeo por el que el Madrid pagó el 22 de enero de hace un año casi cuatro millones de euros a su club de origen, el Strømsgodset. A día de hoy, la situación del futbolista, que el 17 de diciembre cumplió 17 años, es preocupante. El sábado, en el partido del Castilla en el Di Stéfano de Valdebebas frente al Real Unión, Ødegaard empezó en el banquillo, la segunda vez que le ocurre esta temporada en la que entre Zinedine Zidane primero y Luis Miguel Ramis después, le han sustituido trece veces tras unas estadísticas muy pobres en un centrocampista con vocación ofensiva: ningún gol y dos asistencias.
Para un futbolista que debutó con la selección absoluta de Noruega a los 15 años en un amistoso el 19 de agosto del 2014 y en partido oficial de fase de clasificación para el Europeo el 13 de octubre de dicho año frente a Bulgaria, su llegada al Castilla supuso un problema para todos. Al grupo de canteranos le sentó fatal que el jugador se entrenara por contrato con la primera plantilla y jugara con el Castilla en la Segunda B, y el rendimiento del equipo cayó en picado. A la llegada del noruego, el filial blanco marchaba en zona de promoción a Segunda A. Enlazó varias derrotas seguidas y acabó la temporada fuera de la zona de playoff.
Las críticas llegaron pronto. El por entonces capitán castillista, el catalán Sergio Aguza, comentó: “Ya nos gustaría a todos cobrar lo de Ødegaard”. Porque ese es otro de los aspectos más polémicos. La ficha de Ødegaard, dos millones de euros brutos (1,2 millones netos), medio millón menos que por ejemplo el internacional Isco, ha levantado sarpullidos hasta en la primera plantilla, con varios de sus componentes como Nacho, Carvajal o Rubén Yáñez, el tercer portero, bastante por debajo de dicha cifra.
El elevado sueldo sólo ha sido una de las causas de la caída en desgracia de un jugador que en opinión de las altas esferas del club “gasta aires de divo”. Ødegaard, que ya debutó con el primer equipo del Madrid en el Bernabeu frente al Getafe el 23 de mayo de la temporada pasada -partido en el que sustituyó a Cristiano en una de esas imágenes icónicas tan del gusto de Florentino Pérez- realizó este verano la pretemporada con Rafa Benítez. Fue otra imposición del club. El técnico le hizo jugar unos minutos en el primer partido ante el Roma y luego ya sólo tuvo la primera parte del bolo que los blancos disputaron en Oslo contra el Valerenga, un amistoso por el que el Madrid cobró 1.3 millones y que tuvo todo el aroma de servir para amortizar el fichaje del ídolo local.
Terminada la temporada, Benítez no quiso al jugador en la primera plantilla. Con ofertas de clubs de la Primera española, como el Rayo y el Getafe, y de varios de la Premier, el Madrid optó finalmente por conservarlo en el Castilla, donde se encontró con un nuevo problema. El entonces entrenador Zinedine Zidane le dio la capitanía a su hijo Enzo, un futbolista que juega en una posición parecida a la de Ødegaard. Lo justificó así: “Enzo lleva doce años en la casa, es uno de los más veteranos y es uno de los capitanes. No le he elegido por ser mi hijo, sino porque está capacitado para serlo”.
Sin Zinedine Zidane en el Castilla, el peso de Enzo en el equipo no ha bajado enteros. Sí lo ha hecho el de Ødegaard, un adolescente cada día más retraído y más lejos de las expectativas generadas, de ese joven que como decía uno de los veinte periodistas llegados de Noruega ex profeso para su presentación en el Bernabeu: “Le das tres metros y te tumba”.
EL AGRAVIO El noruego cobra más que canteranos de la primera plantilla como Carvajal, Nacho o Yáñez