Arús en versión turbo
Patricia Gaztañaga ha vuelto a la tele para presentar Cuestión de tiempo (TVE). Es un programa lacrimógeno que hurga en las heridas de la gratitud y en los odios aparentemente irreconciliables. El resultado es tan obsceno que el espíritu de reconciliación acaba resultando igual de morboso que el gusto por el conflicto que practican otros programas. TRIDENTE ESTRIDENTE. Hace semanas que en su programa Arucitys (8tv) Alfons Arús ha multiplicado las oportunidades de debatir. Conjeturo que lo ha hecho para entrenarse de cara al estreno de El trident. Si secciones tan consolidadas de su programa como La Coctelera o La Teletúlia ya han incorporado un tipo de efervescencia dialéctica controladamente estridente sobre temas tan dispares como el grado de impostura del chef Dabiz (!) Muñoz o la jeta del pequeño Nicolás, El trident explota al máximo este recurso. Arús juega con el efecto acumulativo (y ligeramente atabalador) de un estilo de polifonía que busca más la complicidad, la familiaridad y el entretenimiento que el rigor académico. Fiel a la larga experiencia de El rondo, formato pionero de la tertulia futbolera abiertamente popular, El trident es su evolución actualizada y más completa. La continuidad es explícita; la prueba es que repiten algunos protagonistas (Julio Salinas, Albert Lesán o Roberto Gómez) y aprovecha la pasión por la polémica tipo Canaletes de Toni Clapés o Víctor Lozano o el contacto con la información de Raül Llimós, Danae Boronat, Marçal Llorente o Àngel Pérez. El reparto se completa con la presencia de Rebeca Rodríguez, una de las colaboradoras más eficaces del universo arucityano. Que haya tantos colaboradores, sin embargo, no significa que el protagonismo esté equitativamente repartido. Igual que esos malabaristas chinos capaces de hacer equilibrios con siete platos simultáneamente, Arús hace una exhibición de hiperactividad y reparte juego a una velocidad supersónica. Más que proponer temas a sus colaboradores, les lanza las pregun- tas como si fueran centros que deben rematar sí o sí. Eso multiplica la sensación de dinamismo y reduce las posibilidades de argumentaciones elaboradas. En la industria de la tertulia futbolera, se suele subrayar el sensacionalismo hortera de programas con más repercusión que audiencia y con poca historia y se olvidan referentes locales como el Pere Escobar del 100 x 100 futbol, el Pitu Abril de La barberia o La porteria o un Arús que, con El trident, recupera su vocación de intervenir en la selva culé de la opinión. ANIMALES HUMANOS. Me duelen las manos de aplaudir el primer capítulo de la serie de dibujos animados Animals. Los culpables son Phil Matarese y Mike Luciano y los protagonistas de las historias son ratas, palomas, gatos, perros o caballos de Nueva York. No sé cómo será el resto de la serie, pero, de entrada, sale un alcalde depravado con ladillas, ratas moribundas que celebran fiestas con disc-jockeys cool, caballos de la policía que chismorrean sobre colegas cocainómanos y un universo que transmite una comicidad que provoca una sana alegría en el espectador (cuando digo “en el espectador” estoy hablando de mí, pero ya se entiende que es una fórmula para fingir que tengo un cierto sentido de la objetividad).
Más que proponer temas a sus colaboradores, Arús les lanza las preguntas como si fueran centros que deben rematar sí o sí