La voz de los vecinos
MARIA Assumpció Vilà, Síndica de Greuges del Ayuntamiento de Barcelona, acaba de hacer pública la memoria correspondiente al 2015. Su función, desde que fue elegida para el cargo en el 2010 (en sustitución de Pilar Malla, su primera titular), es la de supervisar la administración municipal, así como sus servicios públicos, de manera independiente y objetiva. A tal fin, atiende las quejas de los ciudadanos que quieran dirigirse a ella. La síndica escucha, pues, a cuantos consideran que la administración les está fallando, y luego saca conclusiones y redacta su memoria, que viene a ser una relación de mejoras pendientes.
Entre tales quejas abundan las de quienes tienen problemas para hallar un techo propio y ven, por tanto, vulnerado su derecho a la vivienda. La actual alcaldesa llegó a su puesto actual tras encabezar una exitosa campaña contra los desahucios, y es buena conocedora del problema. Pero la escasez de pisos públicos a alquileres asequibles sigue siendo un hecho. Fuentes del propio Ayuntamiento sitúan por encima de 30.000 el número de peticiones de este tipo de vivienda que continúan a la espera de respuesta satisfactoria. Lo cual sitúa el problema en su verdadera dimensión, que va más allá de la municipal, y que está relacionada con una cri- sis económica generalizada. El Ayuntamiento puede contribuir a paliar dicho problema –y, de hecho, levantó esta bandera desde primera hora–, pero quizás no quede en su mano el resolverlo definitivamente.
Sin embargo, en otros ámbitos se le puede exigir más. Por ejemplo, en el relativo a los ruidos, que a menudo son excesivos y rebasan en mucho lo que marcan las propias ordenanzas municipales. Como dice la síndica, no se trata de valorar si determinadas excepciones son tolerables, sino, simplemente, de aplicar la norma vigente que garantiza el respeto mutuo y la convivencia.
También debe mejorar el Ayuntamiento la oferta de servicios fúnebres, carente ahora de competencia, lo que ha propiciado que sus precios alcanzaran un nivel elevado. Si en Barcelona una de cada cuatro familias tiene dificultades para llegar a fin de mes, es obvio que los familiares de, al menos, uno de cada cuatro difuntos tendrán problemas para abonar los costes del entierro, que no bajan de los 5.000 euros.
Por último, puede también mejorar mucho el Ayuntamiento a la hora de responder a la propia síndica, que lamenta no recibir toda la información que pide a la Casa Gran, ni contestación a todas las preguntas que le formula. Vilà permanece en funciones, sin que se la confirme en el cargo, desde hace demasiados meses.