El Worsley que salvó a Shackleton
Frank A. Worsley (1872-1943) además del capitán del Endurance, el barco que transportó a sir Ernest Shackleton durante la Expedición Imperial Trans-Antártica de 1915, era pariente de Henry Worsley, con quien guarda un cierto parecido físico. Además fue el hombre que con su pericia como navegante salvó a los integrantes de la expedición de morir en la Antártida. Los dos Worsley no se conocieron, pero la contribución a la expedición de Shackleton de su antepasado influyeron en el interés de Henry Worsley por las expediciones antárticas y en su fascinación confesa por la figura del explorador británico. Esa fascinación fue la que llevó a Henry Worsley a intentar recrear la expedición de Shackleton, con la misma ruta y en las mismas fechas, en la celebración de su centenario. Henry Worsley, que sirvió 36 años en el ejército británico, decía que cada vez que se enfrentaba a una situación difícil se preguntaba: “¿Cómo hubie- ra salido de esta Shackleton?” Se había hecho esta pregunta en Bosnia, por ejemplo, cuando había quedado separado de sus compañeros y estaba atrapado en un pequeño café amenazado por un grupo de personas que le lanzaban piedras. Por su parte, la historia de cómo Frank Worsley se unió a la expedición de Shackleton es bastante curiosa. El navegante escribió esto en su libro Endurance, publicado en 1931: “Una noche soñé que Burlington Street estaba llena de bloques de hielo y que yo navegaba por ella. A la mañana siguiente, me desperté y corrí hacia allí. Un letrero en una puerta me llamó la atención. Decía ‘Expedición Imperial Trans-Antártica’. Entré en el edificio, y Shackleton estaba allí. Después de unos minutos de conversación, me anunció que me considerara enrolado”. Worsley se unió al Endurance como patrón. Al principio Shackleton dudó de su capacidad, pero Worsley pudo demostrar que era un capitán capaz y un extraordinario navegante. Gracias a sus habilidades y con la única ayuda de un pequeño sextante, consiguió guiar a los tres pequeños botes, que se habían arriado del Endurance, hasta la isla Elefante en las condiciones más extremas, atravesando el pasaje de Drake, en un viaje de cerca de 1.500 kilómetros.