Corea del Sur se rebela
Masivas manifestaciones piden la retirada de las reformas y la dimisión de Park Geun Hye
El malestar crece día a día en Corea del Sur. Las impopulares reformas laborales, educativas y de seguridad que impulsa el Gobierno han generado manifestaciones masivas. Los surcoreanos ven en ellas los ecos represivos del padre de la presidenta del país, Park Geun Hye, y piden su dimisión.
Las calles de Seúl y de otras ciudades de Corea del Sur acogen desde hace semanas unas protestas multitudinarias desconocidas en los últimos años. En ellas confluyen estudiantes, trabajadores y agricultores. Una sociedad cada vez más endeudada que interpreta que los tiempos de bonanza económica se acaban y el gobierno conservador de Park responde exigiéndoles más sacrificios.
El sábado, más de 50.000 personas marcharon por el centro de Seúl para confluir en la plaza de Gwanghwamun, próxima a la Casa Azul (la sede presidencial). Muchos protestaban contra la reforma laboral que el Gobierno quiere aprobar este año y que favorece a las grandes empresas, así como contra la revisión de los libros de texto de Historia.
La movilización aglutinó a todos los segmentos de la sociedad surcoreana, desde representantes de la oposición a los líderes religiosos de los principales credos del país. Todos expresaron su rechazo a una reforma laboral que, según los sindicatos, abarata el despido y permitirá a las empresas deshacerse de los trabajadores en función de su rendimiento y sustituirlos por empleados a tiempo parcial. El Gobierno considera que creará empleo y reducirá el paro juvenil, que es más del doble de la tasa global (3,4%).
Los agricultores también participan
Los surcoreanos protestan contra la reforma laboral y la revisión de los libros de texto de Historia
en las protestas. Temen por su futuro, ante el alza de las importaciones chinas, tras el acuerdo de libre comercio que Pekín y Seúl ratificaron en noviembre.
Estudiantes, padres de familia y profesores, también se sumaron a la marcha para rechazar una polémica revisión de los libros de texto de Historia. Sostienen que esta iniciativa pretende imponer una visión única y ensalzar el régimen autoritario del padre de la actual presidenta, el general Park Chung Hee, que gobernó el país con mano de hierro entre 1961 y 1979, en que murió asesinado. El Ejecutivo de Park dice que los actuales tienen contenidos sesgados o con enfoques de izquierdas.
Todos ellos marcharon asimismo en defensa de la libertad de expresión. Contra el proyecto de la presidenta Park de promulgar nuevas leyes antiterroristas y prohibir las máscaras en las manifestaciones. Esgrime que detrás de ellas pueden esconderse terroristas. En señal de protesta, muchos manifestantes llevaron máscaras (algunas con la imagen de Park) a la concentración.
Estas manifestaciones son, por otra parte, la gota que colma el vaso de una rabia acumulada con el tiempo. Irritación sobre como Park manejó la catástrofe del ferry Sewol, donde murieron cerca de 300 jóvenes el año pasado, e insatisfacción por la marcha de la economía. Hay un malestar crónico porque se cree que el PIB crece demasiado lentamente (2,7% este año), al igual que los salarios, mientras aumenta el endeudamiento de los hogares. En el primer trimestre del 2015, la deuda familiar suponía el 84% del PIB, la tasa más alta de los países emergentes. Una bomba de relojería difícil de desarmar.