El Rey cede La Mareta para fines públicos
El Rey ha decidido ceder su derecho al uso de La Mareta, una residencia ubicada en Lanzarote, para que pueda ser utilizada para diversas finalidades de interés público. Desaparece con esa decisión la posibilidad que de que la familia real vuelva a utilizar la casa que el rey Hussein de Jordania mandó construir al arquitecto César Manrique. Sin llegar a estrenarla, en 1987 el monarca jordano se la regaló a don Juan Carlos y este la cedió a Patrimonio Nacional.
El ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Manuel Soria (natural de Canarias), y el presidente de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán, firmaron ayer el convenio de colaboración que permite la utilización de las instalaciones de la residencia real para la promoción y defensa de los intereses turísticos. La residencia seguirá siendo propiedad de Patrimonio Nacional, un organismo público que depende del Ministerio de la Presidencia y gestiona los bienes que usa la familia real. Ha sido precisamente la falta de uso, la razón por la que don Felipe ha decidido dar una salida al inmueble a fin de rentabilizar sus instalaciones.
La última vez que La Mareta, edificada sobre un acantilado volcánico en costa Teguise, tuvo un ocupante de la familia real fue en el fin de año de 2005 cuando los entonces Príncipes de Asturias acudieron junto a Leonor, su hija recién nacida. Seis años antes, don Juan Carlos reunió a toda su familia en La Mareta para celebrar la llegada del año 2000 y allí fue donde, tras celebrar el Año Nuevo, murió la condesa de Barcelona. Además de la familia real, en La Mareta han pasado días de descanso varios presidentes del Gobierno, como Aznar y Zapatero, y algunos líderes extranjeros, como Václav Havel y Mijail Gorbachov.
Este verano, el Govern Balear, propietario del palacio de Marivent, en Mallorca, planteó la posibilidad de que los jardines fueran abiertos al público durante el invierno.