Argentina y Australia confirman la supremacía del sur
Ninguna potencia europea estará representada en las semifinales el próximo fin de semana
El hemisferio sur y sólo el hemisferio sur. Las potencias australes van a monopolizar las semifinales del campeonato del mundo de rugby, después de que Argentina se impusiera con rotundidad a una Irlanda disminuida por las lesiones, y Australia sobreviviera in extremis el desafío de una Escocia heroica, oportunista y sorprendente.
Más que de un Mundial, los partidos del fin de semana que viene parecen propios del Rugby Championship, el torneo que todos los veranos juegan los all blacks, los wallabies, los springboks y los pumas, y que casi siempre gana Nueva Zelanda. Y no puede decirse que sea ninguna injusticia, porque los equipos del otro lado del mundo practican un juego más ofensivo, más creativo, más abierto y espectacular.
A punto estuvo Escocia de aprovechar las alegrías e imprudencias australianas y colarse entre los últimos cuatro con dos ensayos de puro oportunismo en la segunda parte, el primero bloqueando un despeje y el segundo interceptando un pase suicida para anotar debajo de los palos y ponerse dos puntos arriba. Pero a dos minutos del final los escoceses no pudieron controlar un saque de touche sobre su propio lanzamiento, quedaron en fuera de juego, y Bernard Foley mantuvo la sangre fría para meter la pelota entre palos y esta- blecer el 35-34 definitivo. No se recuerda la última vez que Escocia –candidato perenne a la cuchara de palo junto con Italia en el Seis Naciones– jugaba tan bien y con tanta convicción en ataque, respondiendo a los ensayos de Mitchell (2), Ashley–Cooper, Hooper y Kuridriani para los wallabies con annotaciones de Seymour, Horne y Bennett, además de cinco penaltis y dos conversiones de un sensacional Greig Laidlaw. Por momentos pareció que se iba a repetir la sorpresa del Japón-Sudáfrica, sólo que en cuartos de final, con mucho más en juego y sin redención posible. Pero será Australia la que se enfrente a los pumas.
El rugby del hemisferio sur es contagioso, y Argentina es la mejor prueba de ello. Jugar una vez tras otra contra los all blacks y compañía en el Championship no sólo la ha enriquecido técnicamente, sino que además le ha dado confianza. La rotunda victoria sobre Sudáfrica en Durban en julio pasado demostró al mundo que los pumas iban en serio. Una selección que tenía enormes problemas para conseguir ensayos es una de las máximas anotadoras del campeonato. Ya no todo depende de la precisión de sus pateadores, la fuerza de sus delanteros y la depurada técnica de su poderosa melé.
Argentina salió disparada del vestuario y se puso 17-0 arriba con magníficos ensayos de Matías Moroni y Juan Imhoff, antes de que Irlanda reaccionara con una anotación de Luke Fitzgerald que dejó el marcador 20-10 en el descanso. Tras la continuación Jordi Murphy redujo la diferencia provisionalmente a sólo tres puntos, pero los pumas apretaron el acelerador frente a una Irlanda sin su capitán Paul O’Connell, sin el concurso del zaguero Peter O’Ma- hony y sin el medio apertura Johnny Sexton. Otros dos ensayos de Tuculet e Imhoff acabaron con cualquier posible recuperación irlandesa, y sellaron una cita en semifinales con una Australia que sobre el papel partirá como favorita porque casi siempre ha ganado a Argentina, pero que conoce de primera mano el progreso realizado por unos pumas liderados por Juan Martín Hernández, y que a punto estuvo de pagar carísimo los descuidos y el exceso de confianza frente a Escocia.
La otra semifinal enfrentará a los springboks sudafricanos –que de la humillación de perder con Japón han pasado a soñar con su tercer título mundial– con unos all blacks que frente a Francia estuvieron sencillamente intratables, anotando nueve ensayos que pudieron ser por lo menos un par más, y jugando un rugby que sencillamente no es de esta galaxia.
Una Escocia heroica estuvo a punto de sorprender a Australia, pero cayó por un penalti en el último minuto Los ‘pumas’ derrotaron con claridad a Irlanda y han corroborado sus buenos resultados del verano