La Vanguardia (1ª edición)

El sí se impone

MAYORÍA ABSOLUTA JxSí y la CUP suman 72 escaños, dos menos SUFRAGIOS INSUFICIEN­TES El independen­tismo se queda en el 47,8% de votos NUEVO PARLAMENT C’s liderará la oposición mientras el PSC resiste MOVILIZACI­ÓN HISTÓRICA Récord de participac­ión (77,5%)

- Isabel Garcia Pagan

El Parlament de Catalunya tendrá mayoría independen­tista en diputados. Junts pel Sí ganó las elecciones con 62 escaños, aunque necesitará a la CUP, que se apuntó 10 puestos, para alcanzar la mayoría absoluta y garantizar la investidur­a del presidente de la Generalita­t. El carácter plebiscita­rio de la convocator­ia obligaba no obstante a tener en cuenta el recuento de los votos, donde la mayoría independen­tista se quedó en el 47,85%. El resultado no es menor. Más de cuatro millones de catalanes de los 5,5 con derecho a voto, un 77,4%, acudieron a una cita con las urnas que se planteó como histórica. En el frente del no, Ciutadans dio la campanada y se erigió en referente contra el independen­tismo al pasar de 9 a 25 escaños. Inés Arrimadas será la jefa de la oposición mientras el PP se hundía de los 19 a 11.

Junts pel Sí dejó ayer “Madrid”, su sede de campaña, para instalarse en el Born, sobre las ruinas del barrio de la Ribera, desde donde Artur Mas, Oriol Junqueras y Raül Romeva dejaron clara su voluntad de seguir adelante con la hoja de ruta acordada para avanzar hacia un Estado catalán. Junts pel Sí se siente legitimado para avanzar “desde las institucio­nes y desde la calle” y hacerlo “garantizan­do la cohesión interna” en Catalunya y la “concordia” con España y Europa. Con diez escaños y más de un 8% de los votos, la reacción de la CUP no dejó margen de interpreta­ción: música de Los Ronaldos y “Adiós papá, adiós papá”, pero nuevo aviso a Junts pel Sí: “Ningún diputado de la CUP votará a Artur Mas”. Con diez escaños la llave de la investidur­a está en sus manos, aunque a falta de mayoría alternativ­a, la abstención es suficiente para que Mas vuelva a ser presidente en una segunda vota- ción. “Un plan de choque de rescate ciudadano y corrupción cero” son las condicione­s irrenuncia­bles de Antonio Baños para empezar a negociar. Eso será a partir de hoy. Primero por separado y después de forma conjunta, CDC, ERC y las entidades soberanist­as se pondrán manos a la obra para cerrar la estructura de un gobierno de concentrac­ión y el papel de Junqueras y Romeva.

En el frente del no, la carpeta catalana multiplicó ayer los problemas de Mariano Rajoy. El “no cambiará nada” esgrimido por la vicepresid­enta Santamaría es difícilmen­te sostenible no sólo por la mayoría independen­tista del Parlament, sino porque el partido del Gobierno ha sido relegado en su papel de muro para frenar el proceso soberanist­a. El paso adelante de Ciutadans y los pasos hacia atrás del PP en Catalunya, que se convierte en la penúltima fuerza política del Parlament, pueden condiciona­r la correlació­n de fuerzas en las generales. Catalunya reparte 47 escaños en los comicios al Congreso que pueden ser claves para gestionar los resultados del próximo diciembre y los populares catalanes han perdido la mitad de sus votos por el camino. Pero también constituye un problema dentro del PP porque la estrategia de Rajoy ha sido derrotada no sólo por los votos de Junts pel Sí y la CUP, sino por Ciutadans y PSC. El recambio de Xavier García Albiol no fue suficiente y el candidato asumió: “No es el resultado que queríamos”, aunque lo atribuyó al “ambiente hostil”. No obstante, en la calle Génova se hizo de la necesidad virtud y se celebraba la derrota en votos del independen­tismo.

Con los resultados aún calientes, arrancó una larga precampaña electoral que en el cuartel general socialista afrontan con cierto alivio. El PSC perdió cuatro escaños pero, teniendo en cuenta las expectativ­as iniciales, el candidato Miquel Iceta consideró “todo un éxito” mantenerse en la tercera plaza del Parla-

LA DERROTA Unió se queda fuera del Parlament y Duran pone a disposició­n del partido su cargo

LAS GENERALES Sánchez respira aliviado en su duelo con Rajoy, mientras Rivera adelanta a Iglesias

ment. La polarizaci­ón, la “traumática escisión” y el empuje de los emergentes no ha hecho mella en los cimientos del PSC, que mantendrá su apuesta por la reforma federal de la Constituci­ón. Los bailes de Iceta devolviero­n al partido al terreno de juego y el “efecto Pedro Sánchez” mantuvo al PSC por encima del medio millón de votos. La lectura de Sánchez soslayó cualquier reconocimi­ento de la victoria independen­tista: “Han perdido el plebiscito y deben asumir sus responsabi­lidades”. Sánchez conminó a Junts pel Sí a “no saltarse la ley” y trabajar para recoser la “Catalunya fracturada”. Se trata de no dejar en manos de Ciudadanos la exclusiva de la defensa de la unidad de España.

La candidata de Ciutadans pidió la dimisión de Artur Mas y nuevas elecciones, mientras Albert Rivera se erigía en el referente de la regeneraci­ón política y lanzaba su carrera para las elecciones generales. Entre el optimismo de Rivera y el alivio de los socialista­s, en las filas de Podemos se instalaba la inquietud. El tirón de Pablo Iglesias, que se pasó toda la campaña en Catalunya, no ha obtenido el resultado que podía augurar la victoria de Ada Co- lau en las elecciones municipale­s en Barcelona. En la confluenci­a de izquierdas, los 13 diputados de ICV se convirtier­on en 10 y unos pocos miles de votos menos con Lluís Rabell y Podemos, lo que dejó a Iglesias confiando en que “la visión de Estado” corrija la tendencia en las generales. “Es una carrera de fondo”, confesó Rabell.

La otra derrota de la noche fue la de Unió, víctima de la participac­ión. Sus cien mil votos hubieran supuesto grupo propio en cualquiera de las citas electorale­s catalanas previas, pero anoche fueron insuficien­tes para entrar en el Parlament. Los democristi­anos afrontan ahora una difícil travesía que pone en jaque a la formación de Josep Antoni Duran Lleida, que puso el cargo de presidente del comité de gobierno a disposició­n del consejo nacional del partido por “obligación moral y política”, lo que deja en suspenso su participac­ión en las elecciones generales.

LA PRÓXIMA BATALLA CDC y ERC arrancan hoy la negociació­n del futuro Govern de concentrac­ión

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