Amenaza de altura
Vecinos del Turó Park denuncian inquietos que los árboles de esta zona verde se están desplomando
Un imponente Populus alba pyramidalis de unos quince metros de altura y más de medio siglo de vida se desplomó violentamente la madrugada de ayer sobre los nenúfares del estanque del Turó Park. Sus raíces cedieron, levantaron la tierra, apartaron las conducciones de riego que no las dejaban crecer en paz… “Y lo peor es que no es la primera vez que ocurre”, se lamentó Bartolomé Criado, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes de la zona. “Los árboles del parque se están cayendo, y no sabemos por qué. Pero desde finales del invierno se producen caídas de ejemplares muy grandes y pesados. Calculamos que unos siete. Afortunadamente todos se desplomaron de noche y nadie sufrió ningún daño. Pero el Turó Park es un parque muy utilizado por los vecinos. Vienen un montón de críos. Aquí celebramos muchas actividades. Tememos que se produzca una desgracia. Hay una gran inquietud. Todos los árboles del estanque están muy torcidos. Un gran algarrobo que también se desplomó tenía más de 150 años. Menos mal que cayó sobre las verjas del pipí can. Hablamos varias veces con el Ayuntamiento, estamos en contacto con ellos desde hace semanas, pero no tenemos del todo claro qué está pasado”.
Fuentes municipales reconocieron ayer que sólo durante el mes de julio se produjeron tres caídas de árboles en el Turó Park. Fue entonces cuando los técnicos detectaron el mal estado en que se encontraba el que se desplomó ayer. Al parecer estaba pendiente de ser retirado, operación que aún no se había llevado a cabo porque no se apreciaba riesgo alguno. “Ahora los técnicos analizarán el estado de los árboles del entorno para comprobar si cabe retirarlos”, añadieron las fuentes del Ayuntamiento.
El ingeniero agrario del barrio, Javier Barjau, sostiene que el subsuelo del parque se encuentra en una situación muy delicada. “Lo más probable es que este árbol se cayera porque sus raíces no podían crecer, porque estaban rodeadas de hormigón y conducciones de riego. Bastó un poco de viento. Además, cada día decenas de perros orinan en el lugar, y ello contribuye a compactar las tierras”. A todo esto hay que añadir, sostiene el ingeniero agrícola, que las podas que se vienen realizando no son las más adecuadas. “Los árboles tienen demasiado follaje. El algarrobo de más de 150 años se desplomó porque estaba podrido por culpa de unos insectos. Pero el último en caer lo ha hecho debido a un mal mantenimiento, a un mal cuidado. No se está teniendo en cuenta las particularidades de cada árbol”. Y es que en el Turó Park se plantaron algarrobos, acacias, encinas, magnolias, chopos, tilos, plátanos, tipuanas, pimenteros falsos, cedros del Himalaya... “Y toda esta variedad implica una mayor competencia entre las especies”.
El último en caer estaba pendiente de ser retirado, pero los técnicos no creían que fuera a precipitarse