Ledecky contra Ledecky
Katie vuelve a batir su récord de 1.500 m antes de meterse en la final de 200 m libre
“Sabía que estaba preparada para hacerlo, confiaba en mi estado de forma y mi formación, pero ha acabado siendo más difícil de lo que yo esperaba”. Sin más retos que la competición contra sí misma con sólo 18 años, Katie Ledecky no dudó en llevar ayer al límite su superdotada capacidad acuática para demostrarse a sí misma que aún era capaz de rebajar un récord del mundo al que ya había conseguido restar 15 segundos para después nadar con éxito una semifinal de una prueba nueva para ella.
Dicho y hecho. la nadadora de Washington se lanzó al agua con el oro de 1.500 m libre asegurado y el objetivo de mejorar el 15m27s71 que había establecido ella misma el día antes durante las series de la prueba. No era lo más sensato teniendo en cuenta que poco después tenía en su agenda la semifinal de 200 m libre, una prueba olímpica –no así el 1.500 m– que decidió incluir en su programa y donde tenía que medirse ante rivales como su compatriota Missy Franklin, la húngara Katinka Hosszú o la italiana Federica Pellegrini, entre otras especialistas en la distancia. Pero Katie lo tenía claro y los test de recuperación decían que era difícil, pero posible.
Así fue como la nadadora, siguiendo el guión del lunes, se lanzó a la piscina para marcar ya en el primer largo un ritmo que le permitiese nadar en tiempo de récord (28s37) y mantener después unos parciales en torno a los 31 segundos. Con una diferencia sutil, pero suficiente respecto a su exhibición anterior: nadar más en el 30s y menos en el 31s, hasta el extremo de realizar el largo más lento en 31s24.
Eso fue suficiente para que en apenas 400 m, Ledecky ya estuviese rebajando en torno al segundo y medio su marca del día anterior. Tenía que mantener ese ritmo y apretar en los últimos 50 m, sin meter pies hasta entonces para no agotarse. Y Katie, como un metrónomo, cumplió con el guión: 15m25s48, nueva marca y nueva exhibición. A 15 segundos, la neozelandesa Lauren Boyle llegaba segunda y a 22, la húngara Boglarka Kapas era tercera tras rebasar en el último 50 m a la danesa Lotte Friis. “Es increíble ver la exhibición de Ledecky, nos muestra el largo camino que podemos recorrer, nos queda mucho por hacer”, aseguró Boyle, admirada por la capacidad de una nadadora que en las pruebas de fondo de la piscina no ha encontrado aún rival.
Pero el récord, paradójicamente, no era lo más difícil para Katie, sino su recuperación para la semi de 200 m libre, que nadó apenas media hora después. La exhibición estaba descartada en una distancia nueva para ella, ante las mejores rivales posibles y tras una auténtica paliza en el agua. Quizá la única que no habría querido verla en esa semi era Melani Costa, primera suplente tras que- darse por la mañana al borde de la clasificación. Pero Ledecky apareció para, después de tres primeros largos mediocres, acelerar en el último, llegar tercera de su serie y clasificarse para la final de hoy con el sexto mejor tiempo.
“Lo he conseguido y ahora tengo que estar lista para la final. Estoy muy entusiasmada con esta prueba, porque estaba buscando distancias nuevas para Río y he conseguido meterme entre las mejores –explicaba la nadadora sin esconder su cansancio–. Ganar va a ser difícil porque las rivales son muy buenas. Lo mejor es que a partir de ahora sólo me quedan 2.000 m por nadar”.
Saltó al agua media hora después de su nueva gesta y acabó tercera en una prueba nueva en su programa