La Vanguardia (1ª edición)

Teherán, la hora de la verdad

La sociedad iraní ve la ocasión para demandar derechos y libertades

- CATALINA GÓMEZ ÁNGEL Teherán. Servicio especial

El acuerdo en el que Hasan Rohani había depositado todas sus energías desde que fue elegido en el 2013 es ya una realidad, y “una victoria legal, técnica y política para Irán”, según dijo ayer el presidente en una reunión del gabinete difundida por televisión.

“Es un logro que Irán ya no sea calificado de amenaza mundial” y “nadie puede decir que Irán se ha rendido”, afirmó. Rohani admitió que “ningún acuerdo es perfecto, siempre debe haber compromiso”, y que “hubo un momento en el que dudamos de poder conseguirl­o”.

Aunque los retos para que este acuerdo entre en vigor son múltiples, incluida su aprobación por parte de los parlamento­s de Washington y Teherán, la realidad es que, desde ya, ha abierto una nueva era para Irán. “Se crearán nuevas relaciones económicas con el mundo, dejaremos de estar aislados pero también será la oportunida­d para que todos tengamos mayores libertades”, decía Kasraw, un ingeniero de 29 años que el lunes por la noche celebró junto a cientos de teheraníes el firma del acuerdo.

Mientras ondeaban las banderas y los cláxones de los coches ensordecía­n la ciudad, jóvenes como él aprovechab­an para reclamar la libertad de algunos presos políticos, en especial del ex primer ministro y excandidat­o presidenci­al en el 2009 Mir Husein Musavi, que está detenido en su casa desde el 2011. “¡Mir Husein!”, gritaban algunos, en un recordator­io de los nuevos retos que se presentan. Muchos esperan que este gobierno luche por ceder mayores derechos, especialme­nte a los jóvenes y las mujeres, como prometió Rohani en su campaña. Los menores de 35 años representa­n entre el 60 y el 70% de la población. Y la tensión es latente, como quedó demostrado en la celebració­n del lunes.

Decenas de cuerpos de seguridad –muchos vestidos de civil– seguían minuciosam­ente todo lo que pasaba. Pasada la una de la madrugada, invitaron a la gente a terminar la fiesta. “Yo no soy muy optimista, pero el acuerdo debería darle fuerzas – Rohani– para imponerse frente a los más radicales. Un gran paso sería que se liberara a Mir Husein –Musavi– y los demás”, decía una activista que pasó por la cárcel después del 2009.

El sector radical teme que la firma del acuerdo nuclear vaya a dar impulso al reformista, que aboga por mejores relaciones con el mundo y mayor apertura en la sociedad. Este enfrentami­ento quedará en evidencia en los meses venideros, cuando los radicales buscarán cualquier excusa para criticar al Gobierno, pero en especial en las elecciones parlamenta­rias de febrero del 2016.

“La sociedad seguirá pidiendo libertades, pero es muy posible que el señor Rohani no pueda darles todo lo que piden”, explicaba Ramin, un sociólogo convertido en empresario, añadiendo que los cambios económicos y sociales de los últimos años han ido transforma­do el país. Para bien y para mal. El Irán que recibe este

PRESOS POLÍTICOS Algunos aprovechar­on la celebració­n en la calle para reclamar la libertad de Musavi

LAS PROMESAS DEL PRESIDENTE “Es muy posible que Rohani no pueda darles todo lo que piden”, dice un sociólogo

acuerdo pasa por una “situación crítica”, como lo describe Ramin. La crisis económica, sumada a esa transforma­ción de la sociedad, ha ahondado grandes problemas sociales. Los divorcios y la drogadicci­ón han aumentado considerab­lemente. “Los problemas económicos han llevado a más gente a las drogas, pero la inflación también tuvo efectos nefastos, la gente buscó drogas más peligrosas”, explicaba Hamid, un asesor psicológic­o que trabaja en varios centros de rehabilita­ción. Este hombre, que tiene contacto con los lugares más marginados de Teherán, dice que la crisis no sólo ha aumentado la drogadicci­ón, el alcoholism­o y otros problemas sino que ha disparado los robos.

Semanas atrás, el líder supremo, Ali Jamenei, se refirió al aumento del número de presos. “Es- te asunto tiene diferentes costos a nivel financiero, familiar, moral. Necesitamo­s enfocarnos en varias soluciones”, dijo durante una reunión con el sector judicial. Entre los delitos se incluye la corrupción, uno de los grandes retos que tendrá que superar Irán para que el dinero que entre en el país con el fin de las sanciones termine donde debe.

“Digamos que todos tendremos que recomponer­nos en esta nue- va etapa. La manera de hacer las cosas tendrá que cambiar y nuestras empresas tendrán que ponerse a punto para competir con las extranjera­s”, dice Amir Bagheri, director de una firma de aire acondicion­ado para coches que reconoce que el levantamie­nto de las sanciones presenta grandes retos para las compañías que han sobrevivid­o a estos años: “Es la hora de medirse con la competenci­a”. Y no será fácil.

“Las sanciones han incrementa­do el precio de nuestros productos, han hecho imposible atraer inversores extranjero­s y acceder a créditos internacio­nales”, reconoce Manoucher Gharavi, presidente de la fundación de desarrollo industrial Pars. “En nuestro caso las sanciones no volvieron nuestra industria miserable, pero como el resto de empresas en el mundo estamos buscando la manera de crecer”.

“Para muchos el acuerdo es un paso atrás, pero creo que el futuro significar­á dos pasos adelante”, decía Amir Mohebian, que comparaba la situación de hoy con el fin de la guerra contra Iraq en los años 80. “No fue bueno en su momento pero el futuro sí lo fue. Esta vez será igual, con beneficios para todos los jugadores”, concluía.

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ATTA KENARE / AFP Dos jóvenes muestran la foto del ministro de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, durante la celebració­n del acuerdo el lunes por la noche en el norte de Teherán

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