Antonio Gallardo
EMPRESARIO
El MNAC va a recibir 17 excepcionales obras de arte románico y gótico de la colección Antonio Gallardo Ballart. El empresario farmacéutico dona la mitad y el resto servirán en pago de impuestos presentes y futuros.
“Desde 1976 ha habido entradas de arte medieval al MNAC, pero nunca tan trascendentes como esta. Lo de hoy se puede considerar histórico para el museo. Es el primer gran ingreso de arte medieval del siglo XXI”, afirmaba ayer Jordi Camps, conservador jefe de arte medieval del Museu Nacional d’Art de Catalunya. Camps se refería así al acuerdo a cuatro bandas alcanzado por el museo y los departamentos de Economia y de Cultura con el empresario y coleccionista Antonio Gallardo Ballart, una de las grandes fortunas del país, ya que su familia controla la farmacéutica Almirall, de la cual es el vicepresidente. Por el acuerdo firmado ayer, la Generalitat recibe 17 relevantes obras de los periodos románico y gótico de la colección Antonio Gallardo Ballart, piezas que el Gobierno catalán cederá al MNAC para que sean expuestas y cuya incorporación a sus fondos, afirman desde la administración, “confirma al MNAC como uno de los museos con una de las mejores colecciones del mundo en gótico y románico”.
Entre las 17 obras que se incorporan al arte medieval del museo hay importantes piezas de artistas clave de los siglos XIV y XV, como por ejemplo los hermanos Serra, Lluís Borrassà, Bernat Martorell, Martín Bernat o Nicolás Francés. En cuanto a las obras del período románico, destacan en el conjunto fragmentos de pintura mural pro- cedentes de monumentos de Catalunya y Castilla –como un fragmento de pintura mural románica procedente de Estaon, en el Pallars Sobirà–, todos datados en los siglos XII y XIII, que, afirman, suponen un complemento muy valioso para la colección del museo.
Las obras ingresarán en el centro tras el verano y serán entonces pre- sentadas oficialmente, pero por lo pronto desde el MNAC explican que se trata de obras que en general han viajado y se han visto muy poco y que pertenecen a una colección construida durante los últimos 40 años. La mitad de las obras entran en el museo en concepto de donación del empresario y la otra mitad como pago de impuestos presentes y futuros de Gallardo a la Generalitat. En ese sentido, para Joan Pluma, director general de Patrimoni de la Generalitat, “el acuerdo ha permitido que el MNAC disfrute de una de las colecciones privadas más importantes del país de arte románico y gótico, una colección excepcional, y que lo haga tras haber sido capaces de articular un mecanismo de dación y de cesión que muestra que no se trata sólo de pagar impuestos, sino que Gallardo añade la donación de parte de su colección: hay obligación fiscal pero, además, vocación”.
Para Jordi Camps se trata de “un ingreso importantísimo, porque completa, e incluso cohesiona las colecciones de arte medieval del Museu Nacional, que ya de por sí son muy importantes. Es un ingreso relevante por nombres, por ámbito geográfico... Lluís Borrassà es un artista muy poco representado en el MNAC y es muy importante que esté, pero aunque Bernat Martorell está mejor representado en las colecciones también resulta importantísimo seguir incorporando sus obras”, señala. De hecho, por ejemplo, por la donación se incorporará una Santa Lucía dando limosna de Martorell que formaba parte del mismo retablo que El martirio de Santa Lucía que está ya en el museo de Montjuïc.
“Y luego –resalta Camps– estas obras también resultan muy importantes desde un punto de vista histórico para el museo y las colecciones porque desde el año 1976 no se había producido una entrada tan relevante de arte medieval. Tienen un valor global incalculable por calidad y valor patrimonial”. El conservador jefe explica que en la elección de obras se tienen en cuenta la calidad, la representatividad y la incidencia dentro de la colección, y en ese sentido remarca que entre las 17 piezas hay alguna importante del ámbito hispánico, “como una de Nicolás Francés que complementa lo que ya hay expuesto en el MNAC”.
Desde el museo remarcan que ha sido una acuerdo a muchas bandas, porque aunque el centro pueda estar interesado en obras de colecciones privadas –como lo habría estado en la importante colección Godia–, luego debe presentarse la oportunidad y el acuerdo de todos, desde el coleccionista hasta el Gobierno, que debe valorar las piezas, y a la Agencia Tributaria, que es la que las debe aceptar.
Entre las piezas hay obras de Lluís Borrassà, Bernat Martorell o Nicolás Francés La familia Gallardo fundó y controla la gran farmacéutica catalana Almirall