Hubo “oídos sordos” a los avisos sobre los ERE, dice el exinterventor
El exinterventor de la Junta de Andalucía, Manuel Gómez Martínez, enseñó ayer el reverso de la moneda de las declaraciones prestadas por los altos responsables de la comunidad, entre ellos los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Gómez manifestó que el Gobierno andaluz hizo “oídos sordos” a las advertencias lanzadas desde la Intervención General sobre los riesgos del sistema empleado para gestionar los ERE. El exinter- ventor contradecía así las declaraciones de los dirigentes de la Junta, que declararon que nunca fueron advertidos de peligro alguno en relación con la forma en que se administraban las ayudas sociolaborales.
Manuel Gómez había solicitado declarar ante el juez del Tribunal Supremo (TS) Alberto Jorge Barreiro, que instruye el proceso sobre los ERE referido a los cinco aforados que figuran en la causa. El exinterventor manifestó su deseo de comparecer tanto en intervenciones en los medios de comunicación como luego for- malmente al propio Supremo, con el propósito explícito de contradecir a los altos cargos de la Junta. Ayer, desde luego, lo hizo. Dijo haberse sentido “injustamente acusado” por la supuesta falta de advertencias y aseguró que el organismo que dirigía puso de relieve “irregularidades y deficiencias lo suficientemente graves como para que el Gobierno (andaluz) hubiera tomado medi- das”. Y en otro momento, Manuel Gómez utilizó una expresión historico-literaria referida al Cid, diciendo que se le podía aplicar aquello de “qué buen vasallo si tuviese otro señor”.
Los defensores de los imputados estuvieron presentes en la declaración, y luego precisaron que el exinterventor no quiso contestar a sus preguntas. Añadieron que Gómez admitió no haber realizado ningún informe de actuación, que son los que llegan preceptivamente a los consejeros autonómicos.
Manuel Gómez se compara con el Cid y recita aquello de “qué buen vasallo si tuviese otro señor”