Líder no contaminado
Ya no sé si hay alguien capaz –con capacidad– para parar el circo en el que se está convirtiendo nuestro país. Asistimos estupefactos a los despropósitos de todos, vengan de donde vengan, y la ciudadanía –que debería ser el objeto del respeto y el objetivo en la función de quien nos gobierna– tiene la sensación de que carece de valor.
El último acto ha sido el de Sánchez-Camacho, poniendo en cuestión los cuerpos de seguridad y enfrentándolos, y, como siempre, no pasará nada. El anterior, el de Torres-Dulce, y a nadie le ha importado demasiado. Lo único que vemos son declaraciones de unos y de otros, pero ahí se acaba todo. Me pregunto qué es lo que hace falta para que los políticos empiecen a asumir que trabajan para nosotros y no para su ego y lucimiento.
Estamos hartos del insulto, la humillación y el desprecio por parte de los que nos gobiernan. Necesitamos un líder que, como oí en una última intervención de un ministro, efectivamente no esté contaminado de la falta de ética y respeto que inunda la clase política y económica. Alguien que sea capaz de transmitirnos confianza en que el esfuerzo dará sus frutos y futuro para esta generación que ya no sabe a qué atenerse.
F. HERNÁNDEZ DE LA CRUZ Suscriptor Sitges