Schmeichel, tras los pasos de su padre
► El meta se acerca a la cifra de partidos que alcanzó su progenitor con la selección danesa
La carrera profesional de Kasper Schmeichel está llegando a su fin. Con 37 años cumple ya más de dos décadas en activo desde que ingresara en el Manchester City. Justo el club en el que, en 2003, se retirara su padre Peter, leyenda del fútbol danés y baluarte durante toda la década de los 90 del gran rival de los celestes: el Manchester United, con el que firmó una época gloriosa.
Y es que todos los aficionados que peinan canas –o que ya no pueden peinarlas– recuerdan al meta danés que, entre otras cosas, fue uno de los héroes de aquel sorprendente equipo campeón de la Eurocopa de 1992 en su país vecino, Suecia, sin su estrella Michael Laudrup, enfrentado al seleccionador del momento.
El caso es que la trayectoria de Kasper tiene ciertos paralelismos con la de su progenitor. Durante toda la pasada década, fue el portero indiscutible en un Leicester City que también ha pasado a la historia del fútbol inglés. En apenas tres años, el «Lester» pasó de la Championship –Segunda División– a ser campeón de la Premier en 2016. En el equipo de los Mahrez, Kanté y compañía.
Años más tarde ganaría una Community Shield y una FA Cup antes de salir del club de su vida, para el que jugó 479 partidos. Como le pasó a su padre en Mánchester, donde además alzó la mítica Champions League de Barcelona en la que los «diablos rojos» remontaron al Bayern un 1-0 en apenas un minuto en el añadido. Hasta 395 encuentros disputó Peter con los guantes y el escudo del United entre 1991 y 1999.
Ambos son, también, centenarios con la selección danesa. Kasper suma ya 103 encuentros –defiende la elástica nacional desde 2013–, por 121 que llegó a alcanzar su progenitor. Ya en la fase final de su trayectoria, el ahora arquero del Anderlecht belga se juega el pase a octavos frente a Serbia.
Y necesitará poner un candado a la portería, porque deben ganar para asegurarse el acceso. El empate dejaría a los escandinavos con tres puntos y el golaverage neutro, lo que le daría pocas opciones de colarse como terceros, a la espera del resultado en el otro encuentro del grupo.
No está entre las favoritas, ni siquiera entre las candidatas, pero tampoco hay dudas de que Dinamarca –que tuteó a Inglaterra e incluso le perdonó la vida en la segunda jornada– es una selección que puede dar dolores de cabeza a cualquiera. Y para Kasper, acabar levantando una Euro sería el último paralelismo para «clonar» la carrera de su padre.