Un virus modificado (para bien) en la lucha contra el cáncer
El nuevo tratamiento está en ensayos clínicos y actúa contra un tipo de melanoma inoperable
La reciente pandemia de coronavirus ha dado mala fama a los virus. Nos sitúa en un escenario de lucha constante entre nuestro sistema inmune y la alta variabilidad de los virus. Sin embargo, no todos los virus son igual de malos. Incluso podemos aprovecharnos de algunos de ellos. Al igual que la humanidad hace uso de otros microorganismos cultivados para hacer cerveza o tratar enfermedades, algunos científicos han trabajado en adaptar los virus y lograr una misión concreta: luchar contra el cáncer. El último avance en esta dirección se ha dado esta misma semana, con un nuevo ensayo clínico: un virus de resfriado se ha podido modificar para combatir un tipo de tumor de piel inoperable. Si el ensayo tiene éxito, podríamos tener una nueva terapia para sumar a la lista de tratamientos oncológicos disponibles en la actualidad.
Una casualidad vírica
La relación entre el cáncer y los virus es más larga de lo que parece. A mediados del siglo XX, los científicos notaron que algunos tumores encogen cuando el paciente se infecta por determinados virus. Esto se debe a que algunos virus invaden nuestras células durante la fase de división, y esto es lo que hacen las células tumorales la mayor parte del tiempo.
El problema estaba en la combinación de virus y tipos de cáncer. No todos los tumores son igual de sensibles a la invasión vírica, y no todos los virus invaden de la misma manera. Durante el anterior siglo, diferentes equipos de investigación se dedicaron a buscar los mejores tratamientos víricos, aquellos que se pudieran suministrar al paciente, atacaran al tumor, y cuya infección no fuera peligrosa para la salud.
Esta búsqueda llegó a un punto muerto. Se encontraron algunos virus útiles para el tratamiento, pero su efectividad era bastante baja. La quimioterapia y la radioterapia, desarrollada durante los mismos años, resultaba ser mucho más efectiva a la hora de erradicar tumores; y el tratamiento vírico cayó en el olvido.
Pero esta línea de investigación ha resucitado en los últimos años. Con el cambio de siglo, se crearon herramientas genéticas como CRISPR, que permiten modificar el material genético y crear virus a la carta. Ya no era necesario depender de los virus generados por la naturaleza, sino que podíamos buscar nuevas opciones, y adaptar los virus para la lucha contra el cáncer. Por ejemplo, cambiando su sistema de invasión para que se unan a proteínas solo presentes en las células del tumor. De este modo, en 2015 se aprobó por primera vez en Europa y Estados Unidos el primer virus modificado como tratamiento oncológico. Se trata de un virus del Herpes modificado, diseñado para que pueda atacar al melanoma avanzado inoperable, un tipo de cáncer de piel agresivo y difícil de eliminar mediante cirugía. El tratamiento puede ser encontrado en algunos hospitales, y se inocula al paciente, siendo infectado de manera controlada por el virus, provocando que se reduzca el tamaño del tumor.
Defensa y ataque
Uno de los obstáculos que más han frenado el desarrollo de virus modificados como tratamiento médico es el cómo lidiar con las defensas del cuerpo humano. Cuando un virus entra en el torrente sanguíneo, lógicamente el sistema inmune va a atacarlo. Si tiene éxito, el virus no llega a perdurar lo suficiente como para poder atacar el tumor. Además, como estos virus son versiones modificadas de virus habituales en resfriados, y puede que el paciente ya sea inmune al mismo. Para evitarlo, muchas de estas terapias se combinan con inmunosupresores, que disminuyen la respuesta inmune de manera temporal.
Pero el sistema inmune de los pacientes también puede ser algo beneficioso, y no conviene eliminarlo del todo. Si el virus llega a tener éxito en invadir las células tumorales, los restos de células destruidas por el virus pueden ser reconocidas por el sistema inmune, llegando a un punto en el cual las defensas del cuerpo pueden atacar al propio tumor y colaborar en su destrucción.
El estudio más reciente con virus contra el cáncer acaba de entrar en fase I, y promete ser capaz de tratar a los pacientes con cáncer con melanoma avanzado, de una manera más efectiva del tratamiento actual.
Se trata de una modificación del virus de Coxsackie, el que provoca en niños la enfermedad de «mano, pie, boca» y que es asintomático en adultos. Esta versión modificada puede reducir el tamaño del melanoma, pero su auténtica ventaja es cuando se combina con otro medicamento llamado pembrolizumbab, usado en inmunoterapia tumoral. Según los ensayos previos en animales, el virus modificado debilita a las células tumorales y las vuelve más sensibles al pembrolizumab, favoreciendo que las defensas del cuerpo puedan destruirlas.
Los resultados preliminares de la fase I muestran que el tratamiento puede ser llevado a cabo de manera segura en los pacientes. Si esto se confirma y su eficacia mejora en las siguientes fases del ensayo, podremos tener un nuevo tratamiento oncológico: uno que usa a los virus, pero a nuestro favor.
La modificación del virus en el laboratorio permitiría replicar el proceso de propagación del cáncer para revertirlo