La Razón (Cataluña)

Los mejores títulos de la literatura en castellano

- David F. Villarroel

NoNo son pocos los que han hecho fortuna, y algunos se han convertido incluso en frases de referencia ala horade ataviar con elegancia y originalid­ad la misma o parecida idea que, en su día, y como emblema o compendio de la obra que encabezaba­n, pretendier­on sugerir. Este, por ejemplo, de una novela de Miguel Delibes, «La sombra del ciprés es alargada» (¡con música de endecasíla­bo!), empleado metafórica­mente para aludir a todo aquello que alcanza gran proyección o extiende considerab­le mente su radio de influencia. O este otro, «Crónica de una muerte anunciada», de Gabriel García Márquez, con que se designa cualquier hecho del que ya antes de suceder se conocían los suficiente­s avisos y presagios como para ser adivinado. O este tercero, «Pido la paz y la palabra», del poeta Blas de Otero, que ni hecho a propósito como eslogan de ideal requerimie­nto o consigna universal de estandarte reivindica­tivo.

Todos ocupan ya un lugar en la historia –la historia de la cultura, que es de todas las historias la más frágil, y tan proclive al olvido como la Historia con mayúscula–con la forma única e irrepetibl­e que les dio el autor, o con la cadencia y sonoridad que desprenden sus palabras, o con el concepto que evocan y la imagen que despiertan.

Como a uno le gustan las listas, he aquí los títulos que, a mi modesto entender, y clasificad­os por géneros, se llevan la palma.

Empiezo por el de la novela, que es el más fértil, y anoto en primer lugar estos cuatro, perfectos endecasíla­bos todos: «La oscura historia de la prima Montse», de Juan Marsé; «El coronel no tiene quien le escriba», de García Márquez; «Mañana en la batalla piensa en mí», de Javier Marías, tomado de un verso de Shakespear­e; «Toda la noche oyeron pasar pájaros », deJ.M.Caball ero Bonald tomado del diario de Cristóbal Colón.

A los cuales añadiría los siguientes: «Los cipreses creen en Dios », de Jo sé María Giro n ella ;« Los gozo sy las sombras », deG.TorrenteBa­ll ester ;« Tiempo de silencio », de Luis

Martín Santos; «Si te dicen que caí», de Juan Marsé; «La lluvia amarilla», de Julio Llamazares; «Corazón tan blanco» y «Negra espalda del tiempo» extraídos también los dos de Shakespear­e, de Javier Marías.

En el género de la poesía: «Desolación de la qui mera », de Luis Cernu da, y del mismo autor, «Un río, un amor» y «Donde habite el olvido», tomado de un verso de Bécquer; «Espadas como labios », de Vic ente Aleixand re ;« España, aparta de mí este cáliz», de César Vallejo; «La voz a ti debida», de Pedro Salinas, tomado de Garci las o de la Vega ;« Sin esperanza, con convencimi­ento », de ÁngelGonzá­lez.Y termino con el teatro: «La vida es sueño», de Calderón de la Barca, y de este mismo autor, «La dama duende »;« Lo que pasa en una tarde », de Lo pe de Vega; «Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín», de F. García Lorca; «Eloísa está debajo de un almendro», de E. Jardiel Poncela; «Los árboles mueren de pie», de Alejandro Casona; «Las bicicletas son para el verano», de F. Fernán Gómez.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain