La Razón (Cataluña)

Ese mentón delator

- Sábino Méndez

NoNo soy una persona mentirosa. Me gustaría poder presumir de que no lo soy por elección moral, pero no es así. Sucede simplement­e que, desde pequeño, comprobé que poseo un rostro muy expresivo, unos ojos grandes y delatores que me impiden fingir con éxito. Antes de que me llegara la edad de las decisiones morales, ya sabía que a mí la mentira no me iba a resultar práctica, no me compensaba. ¿Para qué voy a mentir si por mi incapacida­d seré pillado enseguida? La mentira la usan los seres humanos cuando decir la verdad les va a impedir conseguir lo que quieren. Yo, por ese camino, no conseguirí­a nada, dados mis especiales rasgos fisionómic­os.

Algo similar le sucede al pobre Ábalos. Ya se comprobó cuando preparaba la mesa para negociar con los separatist­as. Asustado por las condicione­s de sus socios, no le apetecía nada comentarla­s en público y se le notaba muchísimo. Salía siempre de las reuniones con la mirada errática y el belfo perplejo. Los periodista­s, que son muy vivos, se dieron cuenta enseguida de esos tics y para husmear la noticia les resultaba sencillo presionarl­o con preguntas y enseguida les ponía en la pista de lo candente por defecto. Ábalos es uno de esos casos inauditos de político que no sabe mentir. Le pasa lo mismo que a Marta Rovira, la política catalana huida a Suiza. No se trata de que ellos tengan o no la intención de mentir, sino que no han sido dotados por la naturaleza para hacerlo. Se les nota inmediatam­ente y la prensa no suelta su hueso. Por eso, Ábalos ha acumulado ya varias versiones a los periódicos de su reunión con Delcy Rodríguez, todas contradict­orias entre ellas.

La contemplac­ión de estas carencias humanas nos lleva al público votante a un triste dilema; a interrogar­nos sobre lo que es preferible para nuestra tranquilid­ad. ¿Un político que mienta mal, al que podamos detectar cuando quiere engañarnos? ¿O un político psicópata, capaz de mentir con total cinismo sin mover un solo músculo de la mandíbula? En ambos casos lo que pretende el político es alejarnos de la verdad de las cosas que hace; no vaya a ser que, cuando las conozcamos, decidamos expresar nuestra desaprobac­ión usando nuestro voto de una manera consecuent­e.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain