La Razón (Andalucía)

Del «electrosho­ck» al fango socialista en el Parlamento

► Juan Espadas y su grupo podrán empezar desde hoy en el Pleno a «dignificar el ejercicio de la acción política» pregonado y poner fin a años de juego sucio y bulos

- Pedro García. SEVILLA

Señorito,Señorito, gamberro, terrorista, pirómano, acosador, soberbio o desaprensi­vo son algunos de los insultos que miembros del Gobierno de España, con la ahora candidata a las europeas Teresa Ribera a la cabeza, han vertido sobre Juanma Moreno durante los últimos meses. Dirigentes del PSOE-A, con Juan Espadas como secretario general, han llamado «tontopolla­s» a Alberto Núñez Feijóo, «judío nazi» al que fue portavoz de la Junta de Andalucía Elías Bendodo o «skinhead de la política» a Antonio Sanz, consejero de la Presidenci­a. Con motivo del 8M, este mismo 2024, los socialista­s andaluces –se supone que con el visto bueno de Espadas– lanzaron una campaña en la que equiparaba­n al presidente andaluz, ganador por mayoría absoluta de las pasadas elecciones, con los violadores de La Manada con el lema «Moreno Bonilla, yo no te creo». Cuando el «Gobierno del cambio» del Partido Popular y Ciudadanos llevaban poco más de un año en San Telmo, la Junta de Andalucía tuvo que abrir «una ventana para combatir los bulos», incorporan­do una sección en su web institucio­nal para detectar y aclarar «fake news» y la primera entrada desmontaba una informació­n falsa sobre un supuesto colapso del Hospital Macarena a la que daba credibilid­ad el exconsejer­o socialista Antonio Ramírez de Arellano y entonces diputado en el Parlamento, responsabi­lizando de ello al Gobierno de Andalucía.

Estos son solo algunos ejemplos de las habituales prácticas socialista­s en Andalucía donde su labor de oposición se ha centrado en intentar generar miedo y pánico entre los sectores más vulnerable­s: aseguraron la privatizac­ión de Veiasa, del Infoca, dieron por segura la derogación de la ley de memoria histórica, la destrucció­n de Doñana y sanciones de la Unión Europea por un proyecto de ley que ponía fin a las extraccion­es legales e ilegales de agua en el Parque Nacional, la liquidació­n de las asociacion­es de apoyo a la mujer por falta de ayudas, el fin de la dependenci­a, la destrucció­n del sistema educativo o la privatizac­ión de la sanidad, llegando a difundir que los andaluces tendrían que pagar por la asistencia de su médico de cabecera del SAS. Nada de ello se ha producido con el actual Gobierno.

El PP tuvo que acudir a los tribunales para defenderse del bulo de socialista­s de Jaén en la previa de las elecciones municipale­s, cuando supuestame­nte denunciaro­n una falsa compra de votos por parte del PP. Fruto de esa querella popular un juzgado ha iniciado una investigac­ión que señala al exalcalde Julio Millán y a la concejal y diputada provincial África Colomo. En la política actual todos los partidos juegan con las mismas armas, de ataque y de defensa. Ahora, el PSOE de Pedro Sánchez, por interés particular, vuelve a utilizar su habitual doble moral para lanzar el mantra de que la «regeneraci­ón democrátic­a» la inicia el socialismo con el noble fin de «garantizar «garantizar el derecho a la informació­n veraz recogido en el artículo 20 de la Constituci­ón».

Juan Espadas habla de aplicar un «electrosho­ck» a la sociedad que se verá reflejado en las elecciones catalanas y europeas. Y en su mismo discurso ataca a Juanma Moreno por «falta de humanidad» por no creerse el discurso del presidente Sánchez. Porque ahora sí interesa al PSOE «poner coto y control a lo que estamos viendo diariament­e en las redes sociales», como bien repite Espadas.

El secretario general de los socialista­s andaluces tiene la oportunida­d hoy mismo en el primer Pleno tras el periodo de reflexión de Pedro Sánchez de «dignificar el ejercicio de la acción política» que pregona y, al mismo tiempo, poner fin a años de oposición con juego sucio y bulos, como ha quedado constatado, con un somero repaso. Espadas se presenta hoy ante Moreno con la pregunta: «¿Qué valoración le merecen los reiterados incumplimi­entos de los compromiso­s asumidos por su gobierno con la sociedad andaluza?». Una cuestión en la que tiene cabida casi cualquier cosa.

Desde San Telmo, el discurso es otro y se cimenta en los resultados del último estudio del Centro de Estudios Andaluces (Centra), porque cinco años y medio después de alcanzar el Gobierno andaluz, el actual presidente sigue ensanchand­o su base electoral mientras la oposición no tiene proyecto alternativ­o.

El PP-A ganaría los comicios con el 46,1% de los votos y una ventaja de 24,9 puntos sobre el PSOE-A, que se quedaría en el 21,2% de los sufragios. Traducido en escaños, este resultado arrojaría entre 58 y 61 escaños para el PP-A en el Parlamento, frente a los 58 que tiene en la actualidad, mientras que el PSOE-A bajaría desde sus actuales 30 diputados hasta 24 ó 27.

La Junta creó una web para alertar sobre «bulos» en 2020 ante la ofensiva socialista

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EFE Canal Sur, el medio público al que Espadas acusa de manipular noticias, cobre su presencia ayer en Córdoba

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