POLÍTICA LÍTICA

EstaEsta semana ha regresado la política lítica. Se lanzan piedras al adversario en vez de lanzar argumentos. Un canto arrojadizo, como sabían los prehistóricos, puedes erbi faz, contar con dos caras y salir la táctica por el lado menos pensado. Estudios recientes indican que los neandertales no se extinguieron, simplemente los absorbimos genéticamente. La polarización política puede beneficiar a los extremos del abalanza, aunque a largo plazo está por ver. En cualquier caso, genera inestabilidad, lo menos indicado en momentos como los actuales, donde las dudas sobre alguna vacuna provocan confusión, y la falta de eficiencia de la Comisión Europea inserta nuevas divisiones entre los socios comunitarios. En este panorama, es complicada la recuperación. Los actos de propaganda no cuentan con el fuste necesario para revitalizar la actividad. Se necesitan diagnósticos y escenarios auténticos. Por eso, el Gobierno, al final, cede ante lo evidente y rebaja sus previsiones de crecimiento al 6,5% en 2021. El Banco de España, la AIREF y el FMI han desmentido con insistencia las anteriores estimaciones del Ejecutivo. La realidad se impone y lo hace por el lado más doloroso, el desempleo. Después de un año de pandemia, el paro real salta holgadamente por encima de los cinco millones. Hemos regresado a cifras negativas de crecimiento. De nuestros antepasados heredamos el conocimiento lítico y también la tendencia a marchar. Y es descorazonador ver, según Young Business Talent, que el 80% de los jóvenes españoles esté dispuesto a emigrar para encontrar trabajo.

«La realidad se impone, y lo hace por el lado más doloroso, el desempleo»