Mulier Caesaris

La Fundación Fondo Andaluz de Formación y Empleo (Faffe) pasará a la historia como epítome del modus operando del régimen cleptómano que saqueó con toda minuciosidad Andalucía hasta 2018. Fue un ejemplo arquetípico de chiringuito, esto es, un organismo perfectamente inútil para el conjunto de la ciudadanía del que, sin embargo, extraían un pingüe sueldo algunos allegados al PSOE. Entre

ellos, doña Carmen Ibanco, persona de intachable honorabilidad contratada mediante dedazo mientras su marido era viceconsejero de la Junta y mantenida en su puesto durante toda la pavorosa crisis desencadenada en 2008 sin un ápice de menoscabo de sus ingresos, cuando miles de trabajadores quedaron en el más completo desamparo, al contrario que ella y los conmilitones de su esposo. Una mujer con suerte. Mientras los juzgados disciernen sobre posibles desfalcos o malversaciones en Faffe, el Parlamento regional trata de purgar responsabilidades políticas en una comisión de investigación ante la que se ha citado como declarante a la señora Ibanco, que algo debe saber sobre lo que allí se coció porque medró en el escalafón durante un lustro largo, al menos, hasta alcanzar cierto grado de responsabilidad. Pero sobre la mujer del César, subvirtiendo el dicho clásico y entendiendo que el Imperator es nada menos que Juan Espadas, alcalde de Sevilla y postulante a San Telmo, no deben siquiera ceñirse las –no digo sospechas– preguntas de los diputados. «¡Hasta aquí podíamos llegar!», ha montado en cólera el edil en extraño requiebro de quien siempre ha ejercido la política con cortesía y «fair play». O anda inquieto por algún cabo suelto comprometedor, seguro que sin motivo, o es uno de esos tipos tranquilos que se torna en tigre de Bengala en cuando le mencionan a la familia.