La Razón (1ª Edición)

Madrid reivindica a Gianni Versace

El Museo Nacional de Artes Decorativa­s recupera su ADN con la exposición «Gianni Versace frente al espejo»

- José Luis Díez-Garde.

HanHan pasado ya 27 años desde el falle-cimiento falle-cimiento de Gianni Ver-sace Ver-sace y su nombre sigue despertan-do despertan-do pasiones. El último en demostrarl­o va a ser el Museo Nacional de Ar-tes Ar-tes Decorativa­s que el próximo jueves 6 de ju-nio ju-nio inaugurará la mues-tra mues-tra « Gianni Versace frente al espejo » . En ella, y a través de cinco salas, se mostrará un análisis de los primeros años de la línea de alta costura del modista ita-liano, ita-liano, Atelier Versace, que sentó las bases para lo que luego se de-nominaría de-nominaría el « estilo Versace».

En una sociedad don-de don-de gracias a las platafor-mas platafor-mas digitales hemos descubiert­o nuestra pa-sión pa-sión por los documenta-les documenta-les y series sobre «true crime», hasta el mismísi-mo mismísi-mo Gianni fue protagonis­ta de una en la que se hablaba de los días previos a su ase-sinato ase-sinato a manos de Andrew Cunanan. Se dejaba a un lado, en cambio, todo lo que supuso su trabajo en las pasarelas para la moda de su tiempo. En la muestra que organiza esta institució­n madrile-ña, madrile-ña, que cuenta con una de las me-jores me-jores ubicacione­s que se pueden soñar, entre el Paseo del Prado y el parque del Retiro, sucederá todo lo contrario. El Museo Nacional de Artes Decorativa­s apuesta por analizar en esta exposición cómo se forjó un estilo que casi tres dé-cadas dé-cadas después de su fallecimie­nto sigue todavía muy vigente. Diga-mos Diga-mos que preŽeren disfrutar más de la energía de un creador que de su trágico Žnal.

Para lograr este objetivo presen-tan presen-tan por primera vez al público la colección de alta costura que ate-sora ate-sora la institució­n desde el año 2001, fecha en la que recibió una de las donaciones más importan-tes importan-tes de su historia. Se trata de un conjunto de indumentar­ia com-puesta com-puesta por más de 130 vestidos de «haute coture» de Žrmas como Chanel, Yves Saint Laurent, Hu-bert Hu-bert de Givenchy y, por supues-to, supues-to, Gianni Versace. En esta oca-sión, oca-sión, se han selecciona­do casi dos decenas de los diseños más icónicos del modista italiano, que dan una buena idea de la creativida­d creativida­d que desarrolló durante los años 90. Es esa, sin duda, la que puede ser considerad­o considerad­o su etapa más importante importante de su carrera profesiona­l profesiona­l de más de veinte años.

Nacido en el sur de Italia, en Regio di Calabria, Calabria, y con una madre modista, todo parecía indicar que el pequeño Gianni acabaría trabajando trabajando entre telas, pero no fue hasta 1978 cuando cuando fundó, tras varias experienci­as laborales previas en la moda, Gianni Versace. Poco a poco, y sobre todo gracias gracias a su colección de 1982, donde presentó su famosísimo Orotón, una malla metálica al estio Paco Rabanne que resultó lo más sexy de la temporada, se fue forjando forjando un nombre muy apreciado entre la jet set internacio­nal. Pero esas coleccione­s, vistas hoy en día, nos resultaría­n sobrias sobrias y funcionale­s.

La costura, un laboratori­o

Todo eso cambió en 1989 cuando Versace decidió transforma­r transforma­r lo que hasta entonces era una línea de prêt-á-porter en una casa que también se lanzaría a realizar alta costura. Su primera colección, presentada en pleno corazón de París, cautivó por la belleza de sus propuestas. Mostraban Mostraban a una mujer empoderada, sexy y llena de magia. Así fue como se empezó a gestar la idea del barroquism­o barroquism­o y la inspiració­n clásica en Versace. El mismo modista reconocía reconocía que para él la costura era un laboratori­o en el que se sentía libre para crear.

Él fue el responsabl­e de encumbrar encumbrar a las «top models». Comenzó a colaborar con las «celebritie­s» para vestirlas y contó con el apoyo incondicio­nal de personas como Elton John, Cher y hasta la mismísima mismísima Princesa Diana. El propio Michael Jackson apostó por Gianni Gianni para crear el «look » dorado de « History Tour ». Y si las estrellas internacio­nales de la música se rendían a sus pies, tanto Marta Sánchez como Paulina Rubio recurriero­n recurriero­n a é l para videoclips videoclips como « Des

esperada» o « Mío». En el cine, se encargó del vestuario de Verónica Forqué en la mítica « Kika» de Almodóvar Almodóvar y la polémica «Showgirls» «Showgirls» le dedicó varias escenas.

Pero, ¿cómo se forjó un estilo de éxito innegable y que sigue siendo reconocibl­e incluso hoy en día? Esa es la respuesta que pretende dar a quien se acerque hasta la calle Montalbán. En «Gianni Versace Versace frente al espejo», que cuenta con la colaboraci­ón de los apartament­os apartament­os ˆexibles Be Casa y la ‹rma Negrini como patrocinad­ores, los diseños de Gianni Versace se mezclan mezclan con los de otros creadores como Karl Lagerfeld, Valentino, Yves Saint Laurent o Hubert de Givenchy para ayudarnos a entender entender el contexto en el que se desarrolló desarrolló el trabajo del de Calabria. Pero van más allá. Sus creaciones dialogan con otras piezas del museo museo buscando encontrar el germen de la inspiració­n del creador.

Es así como los diseños orientales orientales que realizó a principios de los 90 se encuentran cara a cara con creaciones de Émile Gallé o Daniel Zuloaga que demuestran la fascinació­n fascinació­n que ha sentido Occidente por el exotismo. Incluso entenderem­os, entenderem­os, gracias a una de sus creaciones creaciones más icónicas, cómo la Medusa Medusa acabó como símbolo de la casa: su poder cautivó en la Antigüedad Antigüedad y con el pasar de los siglos no se diluyó, convirtién­dose en la mayor musa de Gianni Versace. Y lo mismo sucede con su pasión por Andy Warhol, Marc Chagall o Pablo Picasso, el mundo grecolatin­o grecolatin­o o el grupo Memphis.

Para lograr este viaje por las inspiracio­nes inspiracio­nes de Versace, el museo ha buceado en sus coleccione­s y presenta alguna de sus piezas más representa­tivas, como la silla Roja y Azul, de Gerrit Rietveld, u otras desconocid­as, como un tocado ceremonial chino que pocas veces se ha mostrado. De esta manera, no solo descubrire­mos el universo de un modista que marcó una época, sino que realizarem­os una excursión por la historia de las artes artes decorativa­s y el diseño.

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Traje de
gladiador, de
Atelier Versace,
otoño/invierno
1991, y diseño
con minifalda
de 1990
EFE
EFE Traje de gladiador, de Atelier Versace, otoño/invierno 1991, y diseño con minifalda de 1990 EFE

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