La Razón (1ª Edición)

¿Quien contamina paga? El mantra quebrado del PSOE

La recaudació­n por impuestos ambientale­s cae a su nivel más bajo desde 2015, con España a la cola de la UE

- H. Montero.

ElEl principio de quien contamina paga es uno de los principale­s vectores de la política medioambie­ntal eu-ropea. eu-ropea. El PSOE ha incluido como un mantra este principio en sus últimos programas electorale­s, el último el de las europeas, en el que se compromete­n a introducir «ins-trumentos «ins-trumentos de scalidad ambien-tal» ambien-tal» como impuestos y desgrava-ciones desgrava-ciones para que «las empresas sean más respetuosa­s con el me-dio me-dio ambiente». La propia candida-ta candida-ta socialista, la ministra de Transi-ción Transi-ción Ecológica y vicepresid­enta segunda, Teresa Ribera, es una rme defensora de que se explo-ren explo-ren «nuevos enfoques de nancia-ción» nancia-ción» para desarrolla­r la política medioambie­ntal con una apuesta por una « nanciación híbrida» y la creación de bonos verdes, además además de «impuestos globales».

Sin embargo, aunque este mantra mantra gura en al menos una docena de programas electorale­s socialista­s socialista­s desde principios del siglo y de que el PSOE ha ocupado el Ejecutivo Ejecutivo 13 de estos 24 años, los avances avances en esta materia dejan mucho que desear, especialme­nte por la incorrecta aplicación de las políticas políticas europeas.

La recaudació­n de los impuestos impuestos medioambie­ntales cayó en 2022 –el último año disponible– hasta los 20.500 millones, que equivalen al 1,52% del PIB, el nivel más bajo desde 2015, a excepción de 2020 por la pandemia.

España está incluso a la cola de la UE, donde la media de 2022 se situó en el 2,02% del PIB. Por detrás detrás de la proporción española solo están República Checa, Irlanda Irlanda y Luxemburgo. Más allá del número absoluto de millones anuales, la tendencia es a la baja desde 2015, cuando los ingresos fueron el 1,93% del PIB. Desde entonces entonces ha ido descendien­do. Con estos datos, parece claro que quien contamina paga poco en España. Y eso pese a que se observa un descenso generaliza­do de los impuestos impuestos ambientale­s como porcentaje porcentaje del PIB en gran parte de los países miembros de la UE-27 en

2022 con respecto a 2021, con excepcione­s excepcione­s como Bulgaria, Rumania Rumania y Grecia.

Un ejemplo de la confusa aplicación aplicación de los mandatos europeos en materia medioambie­ntal es el retraso del Gobierno para trasponer trasponer la directiva 2022/362 de la Unión Europea para la descarboni­zación descarboni­zación del sector del trasporte terrestre. Esta normativa, que obliga obliga a instalar peajes en las autovías y autopistas de titularida­d pública, debería haber entrado en vigor el pasado mes de marzo, pero aún no lo ha hecho. Por ese motivo, la Comisión Europea ha abierto procedimie­nto procedimie­nto de infracción contra España y otros quince socios por no trasponer la directiva que ja el uso de peajes en las carreteras para nanciar el desarrollo y mantenimie­nto mantenimie­nto de la red viaria.

Pero no se trata del único caso, hay más. Por ejemplo, la decisión del Ejecutivo de Sánchez de recuperar recuperar el impuesto a la generación eléctrica (IVPEE) del 7%, que se aplica a las actividade­s de producción producción y suministro de electricid­ad y que no discrimina entre energías renovables y los ciclos combinados combinados (contaminan­tes y generadore­s de gases de efecto invernader­o).

Ahora, con motivo de las elecciones elecciones europeas, el PSOE promete una vez más “avanzar en la scalidad scalidad verde”, si bien no ofrece una mayor concreción y se limita a hablar hablar de promover impuestos y desgravaci­ones desgravaci­ones medioambie­ntales, “que lograrán que las empresas sean más respetuosa­s con el medioambie­nte al aumentar el coste de las actividade­s contaminan­tes contaminan­tes e internaliz­ar el coste social y medioambie­ntal pertinente, dotando dotando de mayor competitiv­idad a las actividade­s respetuosa­s con las personas y el planeta”.

Esta imprecisa aplicación por parte del Gobierno de uno de los principios rectores de la política europea tiene consecuenc­ias. Un estudio de la propia Comisión Europea, Europea, el incumplimi­ento de las exigencias de la legislació­n medioambie­ntal medioambie­ntal de la Unión representa 55 000 millones de euros anuales en costes y pérdidas de benecios, según recoge un informe del Tribunal Tribunal de Cuentas Europeo. Y es que no son siempre los sectores que generan más emisiones de CO2 los que más impuestos ambientale­s ambientale­s pagan. Según recoge un informe de BBVA sobre scalidad ambiental, el sector de coquerías y reno de petróleo gura entre los de mayor intensidad de emisiones de CO2 (5 kilogramos por unidad de valor agregado bruto en 2019) y los que más impuestos ambientale­s ambientale­s pagan (12,2% por unidad de VAB), mientras que el transporte marítimo, segundo sector en intensidad intensidad de emisiones (4,6 kilos por unidad de VAB), tiene impuestos impuestos ambientale­s que representa­n tan solo el 0,2% de su VAB. En sentido sentido contrario, el transporte terrestre terrestre es el sector de mayor presión scal ambiental (12,9%) y su intensidad intensidad de emisiones se sitúa en 1,2 kilos por unidad de VAB.

Los impuestos ambientale­s ascendiero­n ascendiero­n en España a 20.529 millones millones de euros en 2022, lo que supuso un descenso del 3,2% respecto respecto al año anterior, según el avance de las cuentas medioambie­ntales medioambie­ntales del Instituto Nacional de Estadístic­a que recoge Eurostat. En relación al total de impuestos en España, los ambientale­s representa­ron representa­ron el 6,2%, frente al 7,1% de 2021. Los impuestos ambientale­s se agrupan en tres categorías: impuestos

La fiscalidad verde en España no siempre discrimina entre los sectores más contaminan­tes

En 2022, la recaudació­n cayó un 3,2% hasta los 20.529 millones de euros, según el INE

impuestos sobre la energía (que en 2022 representa­ron el 80,6% del total), impuestos sobre el transporte transporte (14,7%) e impuestos sobre la contaminac­ión y l os recursos (4,7%). Los impuestos sobre la energía se redujeron un 4,4% respecto respecto a 2021, y los impuestos sobre la contaminac­ión y los recursos un 9,5%. Por el contrario, los del transporte transporte aumentaron un 6,8%.

Los hogares pagaron el 49,9% del total de impuestos ambientale­s ambientale­s en 2022. Las familias abonaron el 76,5% de los impuestos sobre el transporte y el 47,8% de los impuestos impuestos sobre la energía.

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La vicepresid­enta segunda, ministra de Transición Ecológica
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EFE
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