Por E. O’Regan

Claudia Sheinbaum (Ciudad de México, 1962) nació en el seno de una familia acomodada acomodada de origen judío en la Ciudad de México. Su padre era químico de origen lituano y su madre bióloga de procedencia búlgara. Ambas familias llegaron a México en la primera mitad del siglo XX. Claudia se crio en los ambientes ambientes de la izquierda estudiantil de la década de los sesenta. Prosiguió la trayectoria académica de su familia y se licenció en Física por la UNAM y unos años más tarde se doctoró en Ingeniería en Energía. A principios de los 2000 conoció a Andrés Manuel López Obrador y desde entonces no se ha separado de él. Fue miembro fundacional de Morena y junto a él se convirtió en la primera mujer en ser jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Su falta de carisma político y personal se ha compensado a base de asesorías. En las últimas semanas de campaña ha vestido con prendas tradicionales tradicionales mexicanas. La gran incógnita es si a partir del lunes, y en el caso de que los sondeos estén en lo cierto y despeje su camino para convertirse en presidenta, Claudia dará un viraje en sus posturas para ser fiel a sí misma o se mantendrá en el progresismo desdibujado de su mentor, López Obrador. AMLO no ha sido precisamente feminista a pesar de tener un Gabinete paritario ni rigurosamente rigurosamente científico. Durante la pandemia de covid-19, pidió a los mexicanos que se protegieran protegieran del virus con amuletos y estampitas de santos y vírgenes. En su plan de gobierno destaca una reforma del Poder Judicial y la mejora de las capacidades de la Guardia Nacional para combatir combatir la inseguridad, además de seguir con las políticas que buscan atajar las causas inherentes a la violencia.