¿Alternativa?
ApartirApartir del lunes, «Ni que fuéramos», el programa de los despedidos de Mediaset que formaban parte de «Sálvame», iniciará sus emisiones en Ten. Su llegada a la TDT tendrá como protagonista a la gran enemiga del formato, la repor-tera repor-tera Marta Riesco, despedida de Tele5 por no saber discernir entre su personaje y su trabajo. Hasta ahora, la nueva producción de Fa-bricantes Fa-bricantes Studio, ha hecho bastan-te bastan-te ruido, a pesar de que su emisión se ofertaba únicamente a través de redes y del canal Quickie de Youtu-be. Youtu-be. De momento, han conseguido más de ciento treinta y cinco mil suscriptores, cifra que pretenden seguir aumentando. La fórmula es sencilla: basta con exprimir cada tarde a sus colaboradores. Lo que interesa no es la crónica social de este país, nada de eso; es la perso-nalidad perso-nalidad de sus integrantes la que mueve «Ni que fuéramos». Con una producción claramente barata (con medios escasos, en un plató peque-ño peque-ño y mal iluminado) el producto se sostiene gracias a la caricatura indi-simulada indi-simulada que los colaboradores realizan de sí mismos, de la prensa del corazón y del ataque sistemáti-co sistemáti-co a Mediaset y a todo lo que repre-senta repre-senta y conlleva. Ni siquiera es ana-lizable ana-lizable el contenido: se trata de un disparate que trata de aparentar un aspecto televisivo; una sucesión de episodios absurdos, de momentos locos; un vodevil extremo, una as-tracanada as-tracanada deliciosa salpimentada por genialidades que llegan a pro-vocar pro-vocar ternura. «Ni que fuéramos» es el azote de los antiguos jefes, de los compañeros que no se han su-bido su-bido al carro, de los que no defen-dieron defen-dieron numantinamente la plaza asediada. Las reglas son inexisten-tes inexisten-tes y se permite entrar en el barro sin miramientos. Esa es la apuesta de Fabricantes Studio, profesiona-les profesiona-les de una larga experiencia televi-siva televi-siva y muy fructífera a los que pare-cía pare-cía haber llegado el ocaso por falta de posibilidades para su arriesgada apuesta. De momento, con esas cifras, se pueden mantener Dios sabe cuánto tiempo. Dependerá de los anunciantes que se acerquen (a los que están buscando con men-sajes men-sajes directos), de la delidad y de la paciencia para comprobar si esta es, de verdad, la nueva televisión.