Fallece Josep Baselga, nuestro oncólogo más internacional
Desarrolló gran parte de su carrera en Estados Unidos
Centró muchas de sus investigaciones en el cáncer de mama utilizando las terapias moleculares
El oncólogo barcelonés Josep Baselga, de gran prestigio y proyección internacional, falleció ayer los 61 años. Le fue diagnosticado recientemente la enfermedad de Creutzfeldt-jakobs, proceso neurodegenerativo de evolución rápida. Se especializó como oncólogo en el hospital Vall d’hebron de su cuidad natal para decidir ampliar su formación en el Sloan Kettering de Nueva York, donde centró sus investigaciones en el cáncer de mama. En este centro puntero se situó en la primera línea de las terapias moleculares, que supusieron una revolución en el tratamiento oncológico, ya que iban directamente al tumor y resultaban mucho menos agresivas que las convencionales. Así, alcanzó la dirección médica del hospital neoyorkino.
En 1996 regresó a España para dirigir el servicio de oncología del Vall d’hebron, en el que creó una Unidad de Investigación de Terapia Molecular, con la ayuda de la Fundación La Caixa, y lo convirtió en una de las primeras referencias europeas en cáncer. También fundó el Instituto de Oncología en este hospital, en el que trabajan más de 150 investigadores. Después de 14 años regresó a Estados Unidos para dirigir la Unidad de Oncología-hematología del hospital General de Massachusetts en Boston, para tras dos años regresar al Sloan Kettering como director médico.
Cinco años más tarde se incorporó a la compañía Astrazeneca como director del departamento de Investigación+desarrollo, con base en Maryland, en el área metropolitana de Nueva York. Desde el inicio de la pandemia había reorientado parte de su investigación, y aprovechando su ingente experiencia en cáncer, a desarrollar terapias contra la covid. Había vaticinado que antes de final de 2020 ya habría alguna vacuna y que «para el verano de 2021 empezaríamos a vivir cierta normalidad». Lo que no sospechó es que él no podría ver esto último.
Persona inteligente, optimista, que apoyaba y promocionaba a sus equipos, tenía un talante abierto y cariñoso, por el que se hacía querer por todos. Sin embargo, vivió una experiencia muy amarga cuando el diario «The New York Times» le acusó de no haber hecho públicos conflictos de intereses con compañías farmacéuticas en algunos de los artículos científicos que había publicado. Baselga defendió su inocencia y de hecho ninguno de esos artículos han sido retirados ni cuestionados.
El Vall d’hebron Instituto de Oncología hizo público un comunicado para trasladar sus condolencias a la familia de «una persona excepcional, apasionada por todo lo que hacía, especialmente por su profesión y por su familia». Y le recuerda también como un doctor con «una forma diferente de entender la medicina».