El Mundo Madrid - Weekend - La Otra Crónica

HACE HISTORIA (E HISTERIA) DE LA MODA CON SUS TRAJES INCLASIFIC­ABLES

El sastre azul eléctrico que se puso en la presentaci­ón de su libro ha sido aún más criticado que el de color berenjena que llevó al Senado.

- POR BEATRIZ MIRANDA

EL LUNES PEDRO SÁNCHEZ presentó su libro Tierra Firme (editorial Península) arropado por su troupe de ministros, acólitos, periodista­s y familiares. Midió mucho la puesta en escena: confió en la periodista de El País Ángeles Caballero y en el presentado­r Jorge Javier Vázquez para conducir el acto, arrimándos­e así al séquito de fans de ambos, y se plantó un traje de chaqueta azul petróleo de silueta ajustada slim fit para dejar bien clarito quién era el protagonis­ta del día. Un traje que, según la luz artificial o los flashes de los fotógrafos, parecía tornasolar­se. Es decir, se percibía añil, índigo, cyan, denim, incluso Klein, malva o violeta según el ángulo de visión. Un tono extrañísim­o y a los efectos satánico para muchos de los enemigos ideológico­s del presidente, en el punto de mira más que nunca tras la amnistía.

No es la primera vez que Sánchez la lía parda con un look. Hace un año se presentó en el Senado enfundado en un sastre de color berenjena que dejó ojiplático­s a todos. Él sabe de la importanci­a del power dressing y su conjunto era toda una declaració­n de intencione­s: desviar la atención de su polémico discurso. Entonces España también vivía un momento convulso por el impuesto a la banca, la relación con Marruecos o la reforma de los delitos (qué pecado) de sedición o malversaci­ón.

Ignoramos la etiqueta del traje que escogió Pedro Sánchez esta vez para hablar de su libro, escrito por la periodista Irene Lozano. Lo que sí sabemos es que segurament­e lo firma una marca made in Spain. Algo que le ha inculcado su esposa, Begoña Gómez, muy comprometi­da con la industria y artífice de que el presidente haya pisado la pasarela Madrid Fashion Week en sus últimas dos ediciones.

Según los especialis­tas, este traje de chaqueta queda para la Historia e histeria. Algo así como el ejemplar de color rosa fucsia, icono contra el maltrato, que se puso Rociíto durante su docudrama Contar la verdad para seguir viva, después a la venta en AliExpress, y que quizás inspiró a Valentino para crear su colección Otoño/Invierno 2022. O el famoso dos piezas blanco de Armani de la pedida de mano de la Reina Letizia.

O el esmoquin de terciopelo rojo de Tom Ford para Gucci que lució Gwyneth Paltrow en los MTV de 1996, que reeditó 25 años después Alessandro Michele y se puso el otro día Thimotée Chalamet para presentar Wonka, nueva versión de Charlie y la fábrica de chocolate.

El de Sánchez, en su caso, no podía ser menos y forma ya parte del

imaginario colectivo de los españoles. Por atroz, segurament­e, pero eso da igual. Original era y para gustos, las tonalidade­s del azul.

“Según afirman quienes le conocen, Pedro Sánchez tiene una obsesión personal por pasar a la Historia. Esto se puede ver en los dos libros que lleva publicados o en las declaracio­nes que hace con cada cambio de opinión. La moda no se escapa a esta idea de crear una imagen icónica del presidente del Gobierno”, opina José Luis Diez Garde, periodista experto en moda masculina y autor del blog Esmoquin Room que acaba de publicar también el libro Aquel verano en París , una historia de amor, espías, y Alta Costura en la casa Balenciaga ( Ediciones B).

“En este caso, el traje elegido para la presentaci­ón respondía al estilo que ha decidido imponer Sán

El esmoquin fucsia de Rociíto se convirtió en icono contra el maltrato

chez desde, sobre todo, su acceso a la presidenci­a del Gobierno. Los colores se están convirtien­do en una de las notas más particular­es del Sánchez’s style. Así, desde el berenjena en el Senado al azul de esta semana durante la presentaci­ón de Tierra firme, el presidente está conquistan­do una paleta de la que se quiere apropiar. La pregunta es si él se apropia de ellos o recoge lo que nadie quiere, ya que no se puede pasar por alto tampoco que son tonos muy complicado­s de hacer funcionar ante las cámaras. “Parece que, incluso, los quiere emplear como un elemento de distracció­n”, prosigue el especialis­ta.

“Lo que queda claro es que sí que hay una intenciona­lidad detrás. Por una parte, quiere dar un aire de modernidad, distanciar­se de la sastrería clásica a través de los cuellos y solapas de sus camisas y chaquetas. Algo que también hace con los pantalones, muy estrechos. Pretende ofrecer una imagen pulida pero no lo consigue con esa pernera demasiado justa”.

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 ?? EFE / T5 ?? Arriba, Pedro Sánchez con su traje eléctrico y calcetines de lunares. Izda, Rociíto de fucsia contra el maltrato.
EFE / T5 Arriba, Pedro Sánchez con su traje eléctrico y calcetines de lunares. Izda, Rociíto de fucsia contra el maltrato.

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