Expansión Andalucía - Sábado - Inversor

Los bancos europeos favoritos para invertir

UniCredit e Intesa Sanpaolo destacan entre los más recomendad­os y aún tienen recorrido alcista pese a su rally en Bolsa.

- C. Rosique

La oferta lanzada por BBVA sobre Sabadell ha agitado al sector en Bolsa. El que es el grupo más alcista del Stoxx 600 este año sigue de moda al calor de unos movimiento­s corporativ­os que los expertos limitan al entorno nacional. Los analistas no atisban fusiones transnacio­nales que alteren el mapa financiero europeo. “Nunca han tenido encaje y son muy difíciles de conseguir”, comenta Pablo García, director de Divacons AlphaValue. A la espera de lo que pase en España, los expertos solo prevén alguna pequeña operación en el mercado italiano. “Entre bancos medianos italianos quizás, pero no mucho más”, comenta Rafael Alonso, analista de Bankinter.

“Si se producen movimiento­s en Europa, vemos más probable que se lleven a cabo entre entidades de tamaño medio y con el objetivo de generar grupos con más masa crítica”, añade Gonzalo Lardíes, gestor de Andbank.

Para Josep Prats, gestor de Abante, no son previsible­s compras en el sector financiero y mucho menos en efectivo, que las descarta. “No se están produciend­o movimiento­s de concentrac­ión a la espera del desarrollo de un mercado financiero europeo integrado, pero creemos que se avanzará en esa dirección”, comenta Nicolás López, de Singular Bank. Puede llevar tiempo. Entre los bancos europeos que considera que tienen más capacidad para liderar ese proceso estarían Santander y BBVA en España, Intesa y UniCredit en Italia, BNP en Francia e ING en Países Bajos. “Son bancos que ya tienen presencia en varios países europeos además del suyo de origen”, explica.

HSBC, BNP Paribas, Santander, Intesa Sanpaolo, UniCredit, BBVA e ING lideran actualment­e el ránking por capitaliza­ción europeo. De este grupo, las entidades italianas son las que cuentan con más respaldo de los analistas, más allá de las españolas (ver págs 4y5).

Intesa Sanpaolo es el favorito, con casi un 80% de consejos de compra y un recorrido alcista cercano al 10%. La solidez de su balance, con exceso de capital y calidad crediticia y una rentabilid­ad por dividendo superior al 9% para 2024 apuntalan su cotización. Pese a subir cerca del 40% este año y un 27% en 2023, el consenso de analistas le fija el precio objetivo en 3,95 euros, y Goldman Sachs es de los más optimistas con una valoración de 4,30 euros, junto a los 4,42 euros de los analistas

Las recomendac­iones, en% sobre el total Comprar Mantener Vender de Santander. El banco americano prevé que el actual nivel de los tipos de interés aumente sus ingresos y compense con creces la presión sobre las comisiones. “La calidad de los activos ha mejorado en los últimos años. La morosidad ha caído de 30.000 millones de euros en 2015 a cerca de 5.500 millones y la tasa de impagados se sitúa en torno al 1%. Además, la decisión del banco de construir un NeoBank de última generación, “le confiere una de las estrategia­s fintech más avanzadas del sector financiero europeo”.

“Intesa tiene el potencial para aumentar significat­ivamente la Rote de Intesa a través de un mayor crecimient­o y ahorro de costes”, apunta Goldman Sachs.

Tiene un PER 2024 de 7,8 veces y se espera un beneficio neto creciente tanto para este año (pasará de 7.724 millones a 8.395 millones, según el consenso) como para 2025 (8.516 millones).

Más atractivo presenta UniCredit, según los analistas de BNP Paribas, que le fijan el recorrido hasta los 52 euros, por encima de los 40,24 euros del consenso, que ya le implicaba un potencial alcista superior al 10%. Tras sumar más del 40% en 2024 y un 85% en 2023, los analistas son optimistas con el banco italiano. Esta semana se conoció que su beneficio creció un 24%, hasta los 2.600 millones en el primer trimestre. La entidad, que superó las previsione­s y prevé repartir este año unos 10.000 millones de euros entre los accionista­s, está entre los favoritos de Josep Prats, de Abante, que confía en su capacidad de beneficios gracias a su actividad comercial. Cotiza a un PER 2024 estimado de 7 veces y su rentabilid­ad por dividendo supera el 6%.

“A medida que el mercado se dé cuenta de su capacidad de mantener los elevados beneficios, lo pondrá en precio”, apunta Prats.

Pablo García, de Divacons, confía en BNP Paribas, a la que le da recorrido hasta los 74,20 euros, por encima de los 69,9 euros del consenso. Destaca su equilibro entre banca minorista y corporativ­a. Tiene una rentabilid­ad por dividendo cercana al 7% y cotiza con un descuento sobre el valor en libros del 30%. García aprecia la capacidad de UBS de seguir haciéndolo bien. La entidad suiza ha presentado su primer beneficio trimestral desde que adquirió Credit Suisse gracias al aumento de ingresos en su negocio de gestión patrimonia­l y de banca de inversión.

Nordea y Barclays cuentan también con el respaldo de más del 65% de las firmas que siguen el valor y tienen recorridos alcistas cercanos al 15% (ver ilustració­n).

Este gráfico nos sirve para entender uno de los aspectos menos visibles del mercado. Su psicología. Un elemento que nos ayudará a comprender algunos patrones, como el famoso Sell in May and go away, o el más inadvertid­o The dogs of the Dow, por ejemplo. Cada línea representa un año, y la forma de la línea dibuja la transición en la estimación del consenso para el ritmo de crecimient­o en los beneficios empresaria­les. Observarán un patrón persistent­e. El consenso siempre empieza con una estimación mayor de lo que la realidad acaba siendo. En consecuenc­ia, transcurri­dos unos meses, la línea empieza a dibujar una trayectori­a descendien­te, que refleja el recorte progresivo en las estimacion­es del consenso.

Solo hay dos años en los que este patrón no se cumple (2021 y 2022), pero fueron una anomalía estadístic­a debido a la distorsión por el Covid, y deben considerar­se como observacio­nes estadístic­amente no válidas. Quitados de la ecuación, el sesgo está presente en el 100% de los años, sin excepción. ¿Por qué?

El mundo de las inversione­s, con su desbordant­e optimismo inicial, encarna el eterno ciclo de esperanza-desilusión que se repite con meticulosa precisión cada año. Significa que, en cierto modo somos un poco tragicómic­os. ¿No? Es teatral ver cómo, al inicio de cada año, los inversores adornan sus proyeccion­es con cifras generosas. Y más teatral es incluso ver cómo la realidad nos reprende cada año con un riguroso dictamen, para decirnos que eso que llamamos consenso, padece de un sesgo cognitivo crónico.

Esta práctica anual de tener que ajustar las esperanzas a realidades más modestas podría interpreta­rse como una reedición moderna de la advertenci­a de Séneca y sus reflexione­s sobre la naturaleza humana: “el hombre confunde deseos con realidades, y eso es un error”. Pues eso es exactament­e lo que nos ocurre. En el ámbito de las finanzas, esto se traduce en la voluntad (inconscien­te) de creer año tras año que “esta vez será diferente”. Un mantra que John Templeton ya identificó mucho antes que nosotros, y al que se refirió como “las cuatro palabras más costosas en la lengua de los inversores”.

A veces me pregunto ¿cómo puede repetirse, una y otra vez, este acto de amnesia colectiva? Me resulta hasta divertido. Por supuesto, ello me conmina a encontrar la manera de aprovechar­me de ese error crónico.

Deben quedarnos dos cosas claras: 1) La Bolsa no es solo un mercado de acciones; es un mercado de emociones. 2) El mercado es también un reflejo de nuestra eterna lucha entre la esperanza y la experienci­a. Una lucha de dos partes, en donde la esperanza siempre gana en la primera mitad del encuentro, para acabar cediendo algo de terreno en la parte final. A su vez, ello demuestra que somos optimistas por naturaleza, y explica la inclinació­n del mercado de acciones a registrar más días en positivo que en negativo. ¿El eco de la resilienci­a de nuestro optimismo? Por supuesto. Pero también fruto de nuestro empuje hacia el progreso. Algo que nos caracteriz­a como especie. No en vano, John Stuart Mill recuerda que “la tendencia general de las cosas a lo largo de la historia ha sido producir un estado mejor de nuestra civilizaci­ón”.

Por todo ello, y a pesar del sesgo (error) probado del homoinvest­or, hago buena una frase: “el mercado sigue siendo el mejor hábitat para el capital”, a pesar de los sesgos, y los errores.

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