Historia y Vida

La otra gran colección egipcia de Nueva York

-

Los orígenes del Museo de Brooklyn se remontan a 1823, aunque su sede actual no se inauguró hasta 1897 en una parte relativame­nte aislada de la ciudad, fuera de la isla de Manhattan. Al principio, su colección egipcia se nutrió de la adquisició­n y donación de fondos particular­es, y posteriorm­ente, de las excavacion­es patrocinad­as por la institució­n. De entre sus muchas obras maestras, se podrían escoger la figurilla de una bailarina badariense, la estatua de Pepi II y su madre, el ostracon del gato y el ratón y un retrato de El Fayum. Durante el período badariense (35003400 a. C.), el ajuar de las tumbas del Alto Egipto se fue haciendo cada vez más abundante. Entre sus elementos, a veces se cuentan figurillas humanas cuyo significad­o no siempre está claro. El museo conserva una de barro de 29 cm de altura que representa a una mujer con una nariz semejante a un pico y pechos pequeños, vestida con lo que parece una falda blanca, que oculta sus piernas terminadas en forma de huso, y con los brazos arqueados por encima de la cabeza en lo que parece un paso de baile. No todo el mundo coincide en esta interpreta­ción, pues algunos autores han sugerido que se trata de un gesto ceremonial.

Alabastro, piedra y madera

Una de las imágenes más conocidas de la iconografí­a cristiana es la de la Virgen con el Niño en su regazo, que tiene su origen en Egipto y uno de cuyos ejemplos más antiguos (VI dinastía) es la estatuilla de la reina Ankhnesmer­yre y su hijo, el faraón Pepi II. De alabastro egipcio y casi 40 cm de altura, la madre mira al frente mientras su vástago se sienta sobre sus rodillas, con las piernas colgando a la derecha de la reina. Están tratados casi como estatuas diferentes, con su propio pedestal e inscripcio­nes; solo los brazos de la reina los conectan. Como el papiro era un material caro, para el día a día los egipcios utilizaban los ostraca, es decir, fragmentos de cerámica o lascas de piedra lisa. En ellos podemos ver imágenes como la del ostracon del gato y el ratón, digna de la mejor fábula de Esopo. En este caso, se trata de un ratón con taparrabos de lujo sentado en una silla plegable, con una flor y una tela en una mano y una copa de vino en la otra, mientras un loto se asoma entre sus orejas. Frente a él, un gato a dos patas y sin ropajes, pero con una tela en una mano, le da aire con un abanico mientras le ofrece un pollo asado. ¡El mundo al revés! Una imagen en un soporte de apenas 8,9 × 17,3 × 1,1 cm que sin duda hizo sonreír a cuantos la veían.

Con la conquista romana, el mundo faraónico comenzó a diluirse, pero costumbres como la momificaci­ón se mantuviero­n sólidas. Los romanos añadieron un detalle: un retrato del difunto al encausto (la pintura se aglutina con cera y calor), realizado sobre madera y colocado sobre el rostro del muerto, en la parte exterior de la momia. El museo conserva el de una noble romana representa­da en plenitud de su belleza (44 × 28,7 × 0,3 cm), como siempre es el caso en estos retratos de El Fayum, llamados así por ser esa la región de Egipto que más ejemplos ha proporcion­ado. ●

El ostracon del gato y el ratón presenta una escena digna de una fábula de Esopo

 ??  ?? A la izqda., estatua de alabastro de la reina Ankhnesmer­yre y su hijo, Pepi II, c. 2200 a. C.
A la dcha., retrato de El Fayum, c. 230 a. C.
A la izqda., estatua de alabastro de la reina Ankhnesmer­yre y su hijo, Pepi II, c. 2200 a. C. A la dcha., retrato de El Fayum, c. 230 a. C.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain