El pecio Illes Formigues II
Los arqueólogos han hallado en la bodega del barco tres maderas con marcas de numerales
Hace unos 2.100 años, un barco romano que navegaba desde la Bética hasta algún puerto del sur de Francia se hundió en aguas de Gerona, cerca de las islas Formigues, un conjunto de cuatro islotes próximo a la localidad de Palamós, con su cargamento, formado por un centenar de ánforas repletas de salazones de pescado y de garum, la popular salsa de pescado de los romanos.
El pecio fue descubierto en 2016 y bautizado con el nombre de Illes Formigues II por el lugar donde fue hallado. Ahora han vuelto a excavarlo los arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) y del Museo Arqueológico de Cataluña, que se han encontrado con una gran sorpresa: en tres maderas de la bodega hay una serie de marcas numéricas, lo que podría indicar el orden en el que iban colocadas las tablas con el objetivo de facilitar su retirada y posterior colocación durante las labores de mantenimiento del navío.
los arqueólogos han excavado la popa del Illes Formigues II y han sacado a la superficie 34 ánforas de tres tipologías distintas (Dressel 7, 10 y 12). Aunque todas provienen de la Bética, en el sur de Hispania, los investigadores intentarán obtener datos más concretos, como en qué horno se cocieron. Los trabajos también han permitido recuperar elementos de la bomba de achique (como un eje y un cojinete de bronce), además de la caja de madera donde se recogía el agua. En cuanto a las maderas con marcas, Rut Geli, una de las directoras del proyecto, ha manifestado que «no tienen paralelo con ningún otro barco antiguo localizado en el Mediterráneo».